Los galardones concedidos ayer en la gala del Empresario Extremeño del Año, evento ampliamente consolidado que llega a su novena edición de la mano de EL PERIODICO EXTREMADURA, no representan solamente una mera distinción y reconocimiento para aquellos que han sobresalido en el mundo de los negocios durante el último año. Los nueve premiados, de entre un total de cincuenta finalistas seleccionados por un jurado de reconocida solvencia, vienen a ser el exponente de lo mejor de la empresa extremeña, pero su ejemplo va mucho más allá.

En una comunidad como la nuestra, cuya proyección exterior en el ámbito empresarial no siempre ha estado bien entendida, la concesión de estos galardones supone un indudable ejercicio de autoestima difícil de cuantificar. Y de ello se encargan todos los finalistas que, edición tras edición, han concurrido a la convocatoria. Extremadura no necesita empresarios. Los tiene ya. Que se reconozca su labor, tanto dentro como fuera de nuestra comunidad, es su propio mérito. A modo de hilo conductor, la contribución de EL PERIODICO EXTREMADURA está en la esencia misma de estos premios.