No recuerdo ningún otro caso en que el candidato, con tan sólo 3 años al frente de un partido y a la primera, derrote a un partido en el poder, máxime cuando toca una época de bonanza. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Al partido saliente le perdió la fuerza de su mayoría absoluta, el no escuchar, su autoritarismo, el no saber dialogar, principio y fin de la democracia. Cuentan que los toreros triunfadores antiguos tenían a alguien a su lado que los mantenía con los pies en tierra. Sólo desde un punto de vista autoritario se entiende este cúmulo de errores no ya en campaña, sino de mucho antes. El pueblo no se ha dejado engañar y ha otorgado su voto de castigo. Me recuerda a la liebre, tan segura de sí misma y prepotente, que al final es vencida por la tortuga. JOSE A. RODRIGUEZ GARCIA. Llerena