La semana próxima el Congreso de los Diputados celebrará una sesión extraordinaria para que el presidente del Gobierno dé su versión sobre lo que ha ocurrido con la financiación del Partido Popular, cuyo antiguo tesorero asegura que funcionaba con dinero negro captado entre las empresas. Tras varias semanas de resistencia, Mariano Rajoy ha cedido a la presión interna y externa y, finalmente, dará cuentas sobre "temas que preocupan a la opinión pública", según la definición que él mismo utilizó ayer para referirse al escándalo que envuelve a su partido desde la imputación de Luis Bárcenas , a quien sigue sin citar por su nombre.

Los asesores de Rajoy se han dedicado estos últimos días a buscar una fórmula que le permitiera salir del apuro con el mínimo desgaste posible y sin que diera la sensación de que cedía ante la amenaza del PSOE de presentar una moción de censura. Una tarea muy difícil porque la presión era real, incluso en las últimas fechas sus propios compañeros de Gobierno y de partido habían empezado a matizar el discurso, y la situación se hacía insostenible. La rectificación de Rajoy no es una interpretación de sus adversarios ni de la prensa, sino un hecho cierto. Ha perdido unas semanas preciosas.

Habrá que ver qué explicaciones da a los ciudadanos. Y, de momento, su anuncio dibuja una comparecencia de carácter general en la que, además de resolver las "dudas" de los electores, tratará de poner en valor los últimos datos económicos positivos, empezando por la EPA que se conocerá en unos días. O sea, que el Gobierno prepara una comparecencia que tendrá poco de extraordinaria, orquestada en buena parte a mayor gloria de los logros de su gestión.

Los estrategas de la Moncloa han conseguido evitar la presentación de la moción de censura que planteaban los socialistas, pero cabe la posibilidad de que si no ponderan bien qué es lo que los ciudadanos esperan de Rajoy en el Congreso --en un pleno extraordinario-- únicamente logren trasladar el 'caso Barcenas' y las sombras que pesan sobre la financiación del PP al inicio del próximo curso como tema estrella, quizá con más fuerza que hasta ahora. Corren el riesgo de volver a equivocarse tras haber reaccionado tarde. Es imposible cerrar un caso tan grave con una comparecencia, pero quizá no lo sea salir de la trampa a que Rajoy ha sido conducido por su antiguo tesorero.