La sociedad extremeña ha demostrado una vez más su elevado sentido de la solidaridad frente a las tragedias que se dan en otras zonas del país y lo ha hecho desde todos los frentes. El vertido de fuel en las costas gallegas ha sido el detonante para que la sensibilidad de la sociedad civil se dispare desde el primer momento. En un principio los universitarios, a los que le acompañaron a modo individual los ecologistas extremeños; todos ellos pisaron el chapapote nada más llegar al litoral. En este largo mes del desastre del petrolero tampoco han faltado las espontáneas campañas de solidaridad de decenas de asociaciones y colectivos extremeños y en el ámbito político, el propio presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra lideró en su día la creación de un fondo de solidaridad entre las 17 comunidades autónomas para aliviar los efectos de la crisis. Instituciones provinciales, locales y hasta el mismo Ejército, con la presencia de 600 soldados de Bótoa, han dado todo un ejemplo. En este tiempo ha quedado claro que el ´Prestige´ reavivó el carácter solidario de los extremeños, volcados con los que, día a día, se ven obligados a convivir con la desgracia. Si en el pasado Extremadura recibió ayuda por las inundaciones de Badajoz, los extremeños han sabido multiplicar con creces aquel gran gesto.