El pasado jueves el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno de Extremadura, Antonio Fernández , comunicó en comparecencia pública que los presupuestos generales de Extremadura en 2012 no se iban a presentar el 15 de octubre como establece el artículo 78.5 del Estatuto de Autonomía. La explicación dada es que dado que el Gobierno de España había incumplido previamente el artículo 134.3 de la Constitución Española que le obliga a presentar las cuentas en el Parlamento antes del 1 de octubre, es imposible realizar unas cuentas serias sin esa información previa.

Y es totalmente correcto en mi opinión. Presentar las cuentas como era reglamentario, no teniendo absoluta certeza del 66% de los ingresos aproximados del total, y desconociendo las previsiones macroeconómicas del Gobierno español hubiera sido un absoluto ejercicio de trilerismo político, y no son tiempos de engaños y de presupuestos artificiales, sino que lo que Extremadura necesita son unas cuentas serias, bien formuladas, pegadas al terreno y consecuentes con la realidad que vivimos.

XNO TENERx a estas alturas un marco presupuestario por parte del Gobierno de la nación, con lo que ello conlleva, desconociendo sus previsiones en cuanto a crecimiento, deuda, desempleo o consumo sí es una absoluta irresponsabilidad. No se entiende si no es en clave de aritmética electoral que el gobierno saliente no haya dejado planteada unas cuentas en el parlamento, y que haya renunciado totalmente a las mismas, con lo que el gobierno que salga de las urnas el 20-N tendrá que lidiar con la aprobación de un presupuesto en un tiempo récord y yo diría que imposible.

Para que se entienda claramente, las previsiones de ingresos, consumo, desempleo, etcétera, no son las mismas si se prevé un crecimiento del 1% que si se prevé un crecimiento del 0,1% como predicen los principales institutos alemanes o se si contrae un 0,4%, como predice Goldman Sachs. El escenario puede ser tan diverso que el tablero macroeconómico que presente el Gobierno de España es fundamental para terminar de cuadrar unas cuentas regionales y darle la necesaria credibilidad exterior que necesitan.

Y por otra parte los ingresos previstos por impuestos, es decir la participación de cada comunidad en los tributos del Estado, es básica de cara a elaborar unas cuentas solventes.

Por ello, como se ha pedido desde prácticamente todas las comunidades esta semana, se hace necesario y fundamental convocar a la mayor brevedad el Consejo de Política Fiscal y Financiera que aclare este cuadro macroeconómico y las previsiones de ingresos de cada comunidad, y en nuestro caso también aspectos importantes como el fondo de cooperación del que aún no hay confirmación oficial de su montante para el ejercicio 2012.

Y no son unas cuentas normales, primero porque venimos de unas cifras de déficit del 2,6% cuando el objetivo para todo el ejercicio era del 1,3% y sobre todo por el contexto general en el que la solvencia del país está en entredicho y en el que se imponen unas cuentas realistas de cada comunidad autónoma que generen confianza.

En resumen, la congelación del presupuesto extremeño para 2012 no es una buena noticia para la región, que no puede permitirse afrontar 2012 con un presupuesto prorrogado porque partiría de una base muy negativa. Pero sin duda una peor noticia sería presentar unas cuentas en público y buscar su aprobación ante el parlamento sin tener la seguridad de que los ingresos presentados son realizables, como se hizo en ejercicios anteriores. Por ello, esperemos que el Gobierno de España reaccione y cumpla con sus funciones y sus obligaciones, independientemente de aritméticas electorales, y que tras su revisión el Gobierno de Extremadura pueda presentar las cuentas que ya tiene prácticamente ultimadas en el Parlamento Autonómico.

*Profesor Departamento de Economía.

Universidad de Extremadura.