Mis conocimientos de economía se limitan al ámbito de lo doméstico y así procuro gastar menos de lo que ingreso y, cuando he tenido que endeudarme, he priorizado la prudencia al riesgo. Admiro a los matemáticos, a los enterados en contabilidad y a los que en un pis pas elaboran un presupuesto sin despeinarse. Cuando me ha tocado a mí, por ejemplo para un proyecto docente, he precisado siempre la ayuda de mis compis sabios en empresa, administración y gestión. Imaginen mi admiración por los que elaboran ese pilar del sostenimiento de un país que son los Presupuestos Generales del Estado, pues me pierdo en las cantidades de cada partida, como se perdió el doctor en economía Pedro Sánchez en su tesis donde confundió el número de millones de un billón.

Mas no soy tan ingenua como para ignorar que hay partidas molonas y populares como Sanidad o Educación y otras denostadas, como Defensa, pese a que todas merecen ser atendidas. También tengo muy claro que el progreso y la riqueza de un país que, según los datos del FMI, se sitúa en el puesto 14 entre las mayores economías del planeta, no puede ser a costa de la desigualdad, ni es admisible que en él hoy uno de cada tres niños esté en riesgo de pobreza, lo mismo que más de un millón de titulados universitarios.

La carrera por aprobar los presupuestos de este gobierno endeble ha empezado, y la oposición los reprueba como si fuese un Parlament cualquiera reprobando a su legítimo rey. Tanto que Casado amenaza con denunciarlos en Europa, cosa que a esta impertinente le parece una pataleta de niño chico. Aunque tampoco acepta que oponerse a ellos sea ir en contra de España, que ya es suficiente que la ministra Delgado confunda el Estado con su persona, como la portavoz de Podemos ha confundido a Felipe VI de Borbón con Felipe IV de Austria. Esperemos que de economía sepan estos algo más que de historia.

En cuanto al apoyo necesario de Tardá y demás colegas, los números en realidad se la refanfinflan, con perdón. Instalados en el chantaje como están y en pasarse a Montesquieu por el forro de los bajos.