APUESTAS ‘ON LINE’

Prevenir, educar y regular

José María Torras

Es bastante preocupante la adicción patológica a los juegos y apuestas on line que se expande, aventada por una desaforada publicidad invasiva que emite un 45% de los anuncios de apuestas en horario infantil. El Colegio Oficial de Médicos alerta de que: «Los adolescentes piensan que las apuestas deportivas son una actividad implícita al deporte. Hemos cruzado una línea roja que puede condicionar su estilo de vida». No es necesario acudir a una sala de juegos o al bar, donde se encuentran infinidad de máquinas recreativas, sino que desde cualquier lugar, con el teléfono móvil, se puede apostar. En Youtube existen los llamados tipsters que se dedican profesionalmente a aconsejar métodos para poder ganar en las apuestas con vídeos. Por otra parte, las tarjetas de crédito incentivan la compulsión y generan un endeudamiento, en ocasiones eterno, a través de los microcréditos rápidos y las usurarias tarjetas revolving. Los adolescentes constituyen un grupo vulnerable, al tener una distorsionada percepción del riesgo. Prevención, educación, regulación de la publicidad, y, acaso, prohibición del uso de esos créditos, deberían abordarse con responsabilidad por el Ministerio de Consumo para evitar la ruina personal y familiar de quienes no son capaces de controlar sus emociones.

EDUCACIÓN

El niño tiene derechos propios

Martín Sagrera

Sociólogo jubilado

Algunos están reintentando reconstruir, desde la base, la feroz y aún reciente dictadura. Ya bajo la ley romana, los padres tenían derecho de vida o muerte o de vender como esclavos tanto a sus hijos como a los demás fámulos de su familia. Pero hoy, España tiene por ley que el niño no es propiedad de nadie; es una persona con derechos propios que ha de ser cuidada contra todo tipo de explotación física o mental. Respecto a esto último, como recuerda Naciones Unidas, «debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole».

Por desgracia, nada extraño es, dadas sus profundas raíces totalitarias, que Vox pretenda que los padres de su cuerda puedan impedir que la escuela eduque para contrarrestar sus discriminaciones antidemocráticas. Aún más grave es que el actual dirigente del PP, tan afín al sector de su partido del que ha surgido, les apoye afirmando: «Mis hijos son míos y no del Estado, y lucharé para que este Gobierno radical y sectario no imponga a los padres cómo tenemos que educar a nuestros niños».

En aras de convertirse en un Abascal, sería mejor para él, su familia y todos los españoles sensatos, que fuera a un especialista que podría -con ayuda de un análisis de ADN, si fuera necesario- tranquilizarle del temor patriarcal a que sus hijos no fueran suyos.

Al señor Pedro Sánchez, presidente de la mitad de los españoles

Anselmo Fernández-Blanco Pérez

Badajoz

En su reciente comparecencia en televisión, señor Pedro Sánchez, dijo que «el pin parental es un invento de la derecha para no hablar de las cosas que le interesan a la gente», es decir, que los de derechas --la mitad de los españoles que no piensan como usted, según las últimas elecciones- no son gente.

En la misma entrevista comentó que «no existe este problema, no hay pin que valga». Claro, para el señor Pedro Sánchez, que también dijo en la misma entrevista que «esta sería la legislatura del diálogo social y territorial», no es un problema que, como mínimo, la mitad de los españoles no podamos elegir el tipo de educación de nuestros hijos.

Con todos mis respetos señor Pedro Sánchez, algunos españoles piensan como usted en este y en otros temas, y yo los respeto. Los que pensamos de otra manera, es decir que son los padres los principales educadores de sus hijos y no el Estado, somos gente, somos españoles.

Ojalá algún día le escriba otra carta titulada: al presidente del Gobierno de España, señor Pedro Sánchez.

Con todos mis respetos.