Ya estamos en primavera, esta semana entramos en ella, normalmente en los temas de conversación cotidianos continuamente valoramos si el tiempo es o no el adecuado para la estación del año en la que estamos, así que esta semana lo ha fomentado aún más el cambio de ella. El cambio climático es una realidad y sus efectos en el planeta también lo son. El movimiento Fridays for the future llenó el viernes pasado las calles para exigir medidas a los gobiernos. Vimos como en el pasado, incluso el propio Trump, negaron su existencia, ridiculizaron a quienes clamaban un hecho que exige respuestas antes de que sea demasiado tarde. Cuando rompemos, por ejemplo, un jarrón, por más que peguemos sus piezas, ya no volverá a ser el mismo, permanecerá siempre quebrantado. Supongo que alguno está pensando que lo mejor es comprar uno nuevo y se solucionará el problema, puede ser, pero ¿qué sucede cuando no hay para cambiarlo? ¿cuándo no existe su repuesto?

Ban Ki-moon lo expresó muy bien refiriéndose al calentamiento global: no hay plan b porque no hay un planeta b. De nada nos sirve ser conscientes de ello si no se actúa, y como todo lo que funciona y lo verdaderamente importante debe ir de lo pequeño a lo más grande, de medidas globales a medidas concretas y puntuales, en esta legislatura la Junta de Extremadura puso en marcha una estrategia llamada Economía verde y circular, una estrategia basada en el futuro, en la generación de riqueza, de empleo y de conservación de nuestra casa, nuestra tierra, nuestro planeta. La apuesta por las energías renovables podría ser un ejemplo de ello y esta semana, llegada la primavera, hemos visto el parque fotovoltaico más grande de Europa situado en Europa, en Usagre. Suministrará energía limpia a 250.000 personas, dará empleo a 1.000 personas y la inversión ascenderá a 290 millones de euros. En Extremadura la energía del futuro está ya presente, la estrategia que debe primar en el futuro en Extremadura está presente, generar futuro y proyectos de vida en Extremadura ya está presente.

Ayer celebramos el último pleno en la Asamblea de Extremadura de esta legislatura, podría decir que ha sido una legislatura valiente y generadora de mucho futuro, de mucho sumar, de buscar puntos de encuentro, de trabajo, de esfuerzos conjuntos, de construir para levantar un mundo mejor, porque aunque suene grandilocuente, así ha sido. Las leyes se han aprobado con diferentes apoyos, con diferentes grupos parlamentarios pero lo más importante de todo es que en la voluntad de esos acuerdos estaba mejorar, mejorar y mirar hacia delante. Esa es la política que merece la pena, la que es, y en esta legislatura ha tenido el nombre de Extremadura.