TCtomienza un nuevo curso con un buen arreón al presupuesto, en tanto llega la gratuidad (bendita palabra). Amén de los libros de texto, lo último en material escolar. Que hay chavales que amagan con no ir al cole sin el cuaderno con el icono del cantante o de la serie de TV, o de la muñeca que en este momento lo inunda todo, desde el chicle a las zapatillas. Con el comienzo de curso llegan los ruidos a patios y aulas, los gritos, las risas, algún llanto, el rodar saltarín de las carteras, el bote de los balones... Los hay que se resisten a las ruedas y llegan cada mañana en un difícil equilibrio entre el peso del saber, en forma de varios kilos a la espalda, y la menudez de su persona. Un nuevo curso es tiempo de estrenos, de reencuentro, de nuevos compañeros y maestros, de ilusión, pero también de esfuerzo, de respeto a las normas, de solidaridad con los compañeros, de reflexión acerca de la gran responsabilidad que entraña la docencia, de complicidad con los padres, y de cariño, paciencia y exigencia con los chavales. El periodo escolar es un tiempo importantísimo, en el que se sientan las bases de la formación de los nuevos ciudadanos/as, que, si entre todos lo hacemos bien, han de ser felices, libres, cultos, participativos, solidarios, demócratas y capaces de analizar, criticar y contribuir a transformar lo que no les guste de la sociedad.

*Maestro