Pese a los esfuerzos de los responsables de comunicación del Palacio de la Zarzuela por evitar las especulaciones sobre la salud del Rey Juan Carlos , lo cierto es que la polémica se ha avivado en las últimas semanas debido a las dificultades evidentes del Monarca para caminar, lo que le ha obligado a delegar en el Príncipe Felipe determinadas funciones, como son las paradas Militares o la participación en las regatas que llevan su nombre, y que se celebran cada verano en la bahía de Palma de Mallorca. Lo que en modo alguno le impide mantener una agenda muy activa e importante, en unos tiempos en los que el Rey Juan Carlos vuelve a convertirse --siempre lo ha sido en las situaciones difíciles--, en punto de referencia para quienes buscan un poco de sensatez que nos ayude a salir de una crisis como no se había conocido otra en Europa, pero que en nuestro país se ha agudizado por las malas relaciones entre los líderes los dos grandes partidos políticos.

Consciente de la preocupación que existe en la sociedad sobre su estado de salud, fue el propio Rey Juan Carlos quien quiso el miércoles cortar de raíz los rumores, cogiendo el toro por los cuernos --nunca mejor dicho puesto que se encontraba en Las Ventas, viendo la corrida de la Prensa--, como es habitual en él, al decir lo que muchos esperaban oír de su propia boca y sin intermediarios: "Siempre apoyaré la Fiesta. Ya soy algo mayor, pero estaré al frente del timón mientras el cuerpo aguante".

Palabras que estoy segura no se debieron a un calentón sino a una meditada estrategia para evitar la preocupación que genera cualquier noticia que tenga que ver con la salud del Monarca, que como ya escribí hace días, está relacionada con los muchos accidentes que ha sufrido a lo largo de su actividad deportiva. Tiene muchas secuelas que se le han agravado con los años, y que se deben al deterioro de las articulaciones, que no sólo le afectan al Rey sino a casi todos los Borbones, incluidas las Infantas Pilar y Margarita , y mucho antes que a ellas a don Juan de Borbón y a Doña María de las Mercedes .

Dicho esto, dudo que el Rey esté pensando en abdicar, pero sí en ir delegando en el Príncipe de Asturias parte de su agenda, sabiendo como sabe que para que don Felipe lleve a buen puerto la nave que un día le tocó pilotar, es necesario que su padre esté cerca, no para que haga lo mismo que él hizo, porque son momentos históricos diferentes, pero sí para que la ciudadanía le acoja con la misma simpatía que le acogió a él, y le dé su apoyo. Sabiendo como sabe que aunque don Felipe no tiene el don de gentes que su padre, es uno de los herederos mejor preparados de la historia de España, tal y como puso ayer de manifiesto en el almuerzo que mantuvo con un grupo de empresarios americanos, de la American Business Council, a los que invitó a seguir invirtiendo en nuestro país, como vienen haciendo desde hace tres años.