Según el documento de propuestas para la Ley de Educación de Extremadura (LEEx), elaborado por el equipo de la Consejería de Educación, el primero de los aprendizajes para el siglo XXI debe ser "Asegurar una alfabetización digital del alumnado en el nuevo espacio configurado por la sociedad de la información que le permita utilizar las TIC...", y el segundo "Insistir en el desarrollo de la competencia matemática, de una adecuada comprensión lectora y de una expresión oral y escrita correcta-".

Es importante que los alumnos extremeños dominen las TIC (ordenadores y otros medios audiovisuales, para entendernos). La administración extremeña ha realizado un gran esfuerzo inversor en este campo, que nos ha situado en la vanguardia española y europea en lo que se refiere al número de ordenadores por alumno. Pero los problemas del sistema educativo extremeño persisten, son parecidos aunque con mayor intensidad a los que afectan al sistema educativo español, el abandono escolar prematuro y los bajos rendimientos en competencias clave: en comprensión lectora, en matemáticas y en ciencias.

Estos dos indicadores, el abandono escolar y el nivel bajo en competencias clave, son los que utilizan los países europeos para definir el fracaso escolar. La tasa de abandono escolar en Extremadura supera el 30% y es una de las más altas de España, que, a su vez, tiene una tasa de abandono que dobla a la media europea. El nivel de competencias clave se ha medido, entre otros, por el informe PISA, que establece unos niveles alarmantemente bajos en España. De Extremadura no tenemos datos porque nuestras autoridades educativas se han negado a pasar el examen.

XTODO ESTOx viene a cuento de las prioridades. Si nuestra administración educativa considera prioritaria la formación en TIC, destinará con prioridad los recursos a ese campo en detrimento de otros, por ejemplo, en número de profesores. Así por ejemplo la última Oferta de Empleo Público para maestros, para los próximos dos años, que ha sido de 410 plazas, no cubre ni siquiera las jubilaciones previstas para esos dos años. Es significativa también la desaparición de los anticipos reintegrables que utilizaban los maestros itinerantes como ayuda en la adquisición de los vehículos particulares que utilizan en un servicio público.

No podemos permitirnos ahorrar en educación. Y, aún así, habrá que establecer con mucha responsabilidad cuáles son las prioridades. Y la prioridad es combatir el fracaso escolar. Así lo establecen los objetivos europeos de Lisboa, con el horizonte del año 2010, y así se consideró en la Conferencia Sectorial de Educación, donde están representadas todas las comunidades autonómicas, al establecer un programa de diez puntos para mejorar el sistema educativo, entre los cuales están naturalmente los que se refieren a la reducción de fracaso.

Pues bien, la única iniciativa conocida en Extremadura con este propósito, es el Plan Especial de Refuerzo Educativo (PEREx), que consiste en que en algunos institutos, algunos profesores voluntariamente hagan algunas horas extra por las tardes, de abril a junio, para ayudar, a los alumnos que quieran asistir, a pasar la prueba de evaluación en algunas asignaturas.

Pero ¿es este plan suficiente para reducir el fracaso escolar? Nosotros creemos sinceramente que no. Sin un nivel adecuado de comprensión lectora, de matemáticas y de ciencias no puede haber éxito escolar y, por lo tanto, persistirá el fracaso.

Utilizando una metáfora muy usada por nuestro presidente Fernández Vara , lo que se está haciendo con el paciente son cuidados paliativos mínimos, que pueden hacer desaparecer algunos síntomas del enfermo, pero que no van en la línea de curación que necesita. Y lo que puede ser aún más grave, quieren hacernos creer que esas medidas paliativas curarán al enfermo, cuando la lógica y las recomendaciones de los órganos consultivos españoles y europeos nos están diciendo cuáles son las medidas que hemos de tomar para atajar de verdad el fracaso escolar.

No se conocen en Extremadura iniciativas en el sentido de esas propuestas de, entre otros, el Consejo Económico y Social (CES) y el Consejo Europeo, y que indican la necesidad de mejorar el diagnóstico de los alumnos con dificultades, aumentar los programas de atención individualizada, aumentar la autonomía de los centros para programar los refuerzos y adecuar las plantillas a las necesidades reales de los centros. El apoyo a las familias más desfavorecidas para que ayuden a sus hijos en las tareas escolares, otra de las propuestas del CES, deberían ser completo y continuado, es decir integrado en los proyectos educativos de los centros, y a lo largo de todo el curso. El marco de las Actividades Formativas Complementarias podría ser el más conveniente para articular un programa serio al respecto. El PEREx tampoco cumple este objetivo.

*El autor es secretario general de la Federación de Enseñanza