Soy cliente de Movistar y una vez transcurridos los 18 meses de contrato exigidos para ello decidí solicitar el código de liberación de mi terminal móvil. Acudí en busca de información a la tienda y me dijeron que no tenía más que llamar al número 609 de atención al cliente. El día 21 de diciembre del pasado año me decido a llamar, la persona que me atiende me indica que debo llamar desde otro teléfono para poder liberar mi terminal... me emociono... --¡qué fácil!-- Llamo desde un fijo. A la persona que me atiende, le doy todos los datos personales y del móvil que me solicita y me dice que vuelva a llamar dentro de 15 días que es el tiempo que tarda el fabricante en enviarles la información. --Mi gozo en un pozo-- a esperar. A los 15 días llamo, inocente de mí... 15 días naturales me dice la operadora... a seguir esperando... El día señalado llamo, y aquí empieza lo realmente divertido... la primera persona con la que hablo, después de pedirme todos los datos y tenerme un rato a la espera, me cuelga, vuelvo a llamar, la segunda me dice que mi solicitud no ha sido tramitada correctamente y que si quiero puedo poner una reclamación, la pongo... pero no me fío y vuelvo a llamar, la tercera persona me dice que no hay ningún problema con mi solicitud, simplemente que debo esperar unos días más... aquí es, señores, cuando en un lugar recóndito de mi mente empiezo a oír... risitas. Espero una semana, y el patrón se repite, el primer operador... sorpresa... me cuelga, el segundo me dice que la sección correspondiente está muy atareada y que llame otro día... y la tercera... no entiende por qué no ha llegado mi código pero me dice que si quiero, puedo volver a hacer mi solicitud y esperar los 15 días pertinentes... A esta altura de la película me imagino la escena: llamo a Movistar, mientras el operador de turno me toma los datos, se gira hacia sus compañeros... --Eh! chicos, otra que quiere liberar el móvil!-- Ja,ja,ja-- Se oye- ¿Le vas a colgar? --Dile que ponga una reclamación!-- Ja,ja,ja... El operador no puede guardar la compostura y corta la comunicación. Al otro lado de la línea, yo me desespero. ¿Tendré demasiada imaginación ? No lo sé señores, lo único que sé, es que yo sigo esperando...

M. José Pérez Triñanes **

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