En la segunda gala de Operación Triunfo, hemos seguido asistiendo al espectáculo bochornoso de un tal Evaristo que, como miembro del jurado insulta, ofende y ridiculiza a los concursantes sin piedad. Debido a su crítica de los participantes, ha creado un personaje que le ha dado popularidad y sabe que cuanto más exagerado y cruel sea, más se hablará de él, se disparará su caché y subirá la audiencia. Este personaje no es un experto en la materia sino que es publicista, por tanto ¿Qué entiende de música?

El es producto, ¿de qué? De la mala educación, el lenguaje descalificador, humillante, mala baba y crispación. Comenzando porque es un señor acomplejado que parece que reniega de su nombre, no le gustará Evaristo y se hace llamar Risto. Critica el look de los concursantes y él es el prototipo de un hortera con aspecto de pasota. No creo que fuera de las cámaras él sea así, sería una pena, creo que interpreta.

Los concursantes, todos jóvenes, son demasiado educados y prudentes y callan, la mayoría por miedo.

No se da cuenta este personajillo (pues no llega a personaje) que no puede basar su fama pisoteando a unas personas, haciéndolas llorar y que sientan que no valen nada. Si no poseen una buena autoestima, esto puede hacerles mucho daño psicológico y hará que pierdan confianza en sí mismos. ¿Y es que nadie se atreve a protestar y denunciar a ese caradura? En esta generación de OT, la gente estará más pendiente de las gilipolleces que salgan de la soez boca de Evaristo que de escuchar las voces de los concursantes y la puesta en escena en las galas.

Ante la aparente mediocridad de los concursantes de esta edición y lo manido del tema (son ya muchos OT), la cadena tenía que idear algo nuevo que subiera la audiencia y Evaristo se prestó para inventar este personaje aborrecible que ofende y ridiculiza. Lo peor es que hay gente que disfruta con este espectáculo y enciende el televisor sólo para ver cómo Evaristo aniquila a alguno de los concursantes. Vivir para ver.