El ciclista Alberto Contador se apuntó el domingo una victoria gloriosa en su tercer triunfo en el Tour de Francia, la carrera más prestigiosa del ciclismo mundial. Fernando Alonso ganó el Gran Premio de Alemania y Jorge Lorenzo se llevó de calle el Gran Premio de Estados Unidos de motociclismo.

Hay científicos esparcidos por todo el mundo, y médicos que faltan en España son recibidos con los brazos abiertos en todos los países europeos. La sociedad civil promueve campeones de eficacia mientras el Estado y su clase dirigente tiene síntomas de esclerosis múltiple, en un país en donde sus ciudadanos desconfían cada vez más de su clase política en una desafección que demuestra la distancia de las prioridades de quienes representan a los ciudadanos. Las encuestas son tozudas en esa desafección y reflejan la necesidad que sienten los ciudadanos de consensos y entendimientos políticos.

Quienes pretenden los votos siembran desengaños, desconfianzas y frustración como metodología de convencimiento. La política española, sobre todo contemplada desde la distancia del otro lado del Atlántico, produce una enorme pereza por previsible y reiterativa.

Ahora que la prioridad es la salida de la crisis y conseguir que los parados encuentren empleo, por la torpeza de casi todos, volvemos a estar envueltos en un debate identitario propio del siglo XIX, cuando se conformaron las naciones que aspiran hoy a dirigir este mundo globalizado y multipolar. Acumular afrentas es un negocio político; torpedear sus soluciones, una pasión ancestral.

Mientras el presidente de la Generalitat ultima sus medidas para perder las elecciones, los dirigentes de CiU agitan fantasmas sin solución. Nadie dice cómo se puede seguir pretendiendo que el papel de España, todo lo plural que se quiera, siga creciendo en un mundo en el que las marcas van asociadas al prestigio del triunfo. Tal vez haya que proponer un Gobierno de coalición con Iker Casillas, Xav i e Iniesta , que se instalen junto a Rafael Nadal, Alberto Contador, Jorge Lorenzo y Fernando Alonso en el palacio de la Moncloa.