La caricatura expresa muchas veces la realidad mejor que un sesudo análisis. Un humorista resumía la semana pasada lo que podría ser la posición de EEUU frente a Irak: si tienen armas atómicas, hay que atacar y, si no las tienen, hay que hacerlo con más motivo. Los inspectores de la ONU llevan más de mes y medio recorriendo Irak y no han encontrado rastros de armas de destrucción masiva. Todas las declaraciones de los jefes de los inspectores han subrayado este aspecto, pese a reconocer que la lista de armamento facilitada por el régimen de Sadam Husein contiene "muchas lagunas".

Frente a esta situación, EEUU se ha mantenido irreductible en que Sadam es un peligro mundial, y ha insistido en que, aunque no se encuentren, las armas existen, pero tampoco ha facilitado a los inspectores la información secreta precisa que dice poseer para que los registros tengan éxito. Ahora, EEUU parece dispuesto a conceder una prórroga a los inspectores antes de desencadenar la maquinaria de guerra. Esta es una buena noticia que debería servir para disipar, al menos, la impresión generalizada entre la opinión pública de que Bush quiere la guerra, con motivos o sin ellos.