TEtl pasado noviembre se aprobó por parte del Consejo de Ministros un protocolo de actuación frente al acoso sexual en el ámbito de las Fuerzas Armadas, que venía vehiculizado por causa de la entrada en vigor el 5 de marzo de 2015 de la Ley Orgánica 8/2014, de 4 de diciembre, de Régimen Disciplinario en las Fuerzas Armadas y de la aprobación de la Ley Orgánica 14/2015, de 14 de octubre del Código Penal Militar, que incorporan como falta disciplinaria muy grave y como delito el acoso sexual y por razón de sexo.

La eficacia que este protocolo pudiera tener se medirá por la capacidad que la puesta en marcha del mismo tenga con respecto a erradicar todas aquellas conductas constitutivas de acoso sexual y por razón de sexo en las Fuerzas Armadas. Que necesitan ser erradicadas por cuanto que conllevan las lesiones a los principios de la dignidad personal y al de igualdad, recogidos en los artículos 10 y 14 de la Constitución, como base de cualquier pronunciamiento y normativa a los efectos.

XESTE TIPO DEx decisiones, además, tienen mucho que ver con la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y a la obligación por parte de las administraciones públicas de disponer de un protocolo de actuación frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo, de aplicación general en el ámbito de la Administración General del Estado. Y desde luego las Fuerzas Armadas, vía Ministerio de Defensa, conforman parte sustancial de la Administración Pública del Estado.

El interés de la creación de este protocolo se centra en el hecho de crear una unidad propia, a cuyo funcionamiento se le permitirá cierta autonomía, aunque estará estructurada dentro de una jefatura de mando. A partir de ahí, se supone que se va a garantizar la protección frente al acoso sexual y por razón de sexo. Se habla de un concepto de confidencialidad como elemento consustancial de este procedimiento. Que esperemos funcione porque será capital a la hora de que este protocolo funcione.

XEN EL DESARROLLOx del mismo se habla, por primera vez, de poner sobre la mesa este debate, para lo cual se llevarán a cabo campañas de prevención y de información. Y este dato es significativo por cuanto se le da cierta normalidad a un tema que ha permanecido en el oscurantismo de unas Fuerzas Armadas, que veía estos graves casos como batallas individualizadas, más allá del compromiso de todo un estamento por erradicar estas conductas deleznables, basadas, en la gran mayoría de los casos, en la prevalencia de unos frente a otros.

Ahora toca que estas decisiones tengan el efecto dentro de todos los estamentos de las Fuerzas Armadas, que sea interiorizado como parte consustancial a su propia filosofía. Que ese acoso sea considerado como una praxis que no admite justificación de ningún tipo; que sea parte del comportamiento más reprobable y objeto, por ello, de una lucha constante y permanente de todos los que conforman parte del Ejército de nuestro país.

XSE TRATA DEx un paso adelante, promovido por los cambios normativos de una sociedad que debe velar por la dignidad de las personas. Y, especialmente, por la de aquellas que se han visto intimidadas y acosadas en situaciones de preeminencia, y bajo comportamientos reprobables civil y penalmente. Ahora toca elevar el nivel de exigencia de este protocolo para que la prevención, la información y la sanción sean parte de una misma realidad, que lucha para reprobar y castigar todas aquellas acciones que han causado grave daño y dolor a las víctimas del acoso sexual y de sexo en nuestras Fuerzas Armadas. No se trata de un retrato del pasado, sino de una actuación del presente y del futuro que ha venido para quedarse y vigilar lo que nunca debería haberse producido.