Parece que fue ayer cuando acabaron las oposiciones al cuerpo de Secundaria en Extremadura y ya empezamos con la de Infantil y Primaria. En breve, tocará ver plazas, especialidades, tasa de reposición y, aunque no lo crean, presupuestos pues de ellos depende en buena medida que se pueda aumentar considerablemente el número o limitarlo.

Sea como fuere, estas oposiciones pueden ser las últimas con el formato actual. Tanto opositores, como docentes, y demás miembros de la comunidad educativa, así como administraciones, expertos y grupos políticos consideran el sistema de acceso desfasado y alejado de la realidad, al menos así lo indica las últimas encuestas realizadas.

La última publicada sobre la profesión docente pertenece a la fundación Cotec para la innovación (organización privada sin ánimo de lucro cuya misión es promover la innovación como motor de desarrollo económico y social), y en ella 9 de cada 10 encuestados ven necesario redefinir un nuevo modelo de profesión docente. Cabe decir que el 85% de los encuestados era docentes en activo.

Con respecto al actual modelo, destacan la inadecuada relación entre la universidad y los centros educativos (81%), el inexistente sistema de evaluación del profesorado (80%), o la ausencia del trabajo colaborativo entre los propios profesores y los centros educativos (80%). También destacable es que casi en un 60%, cree que diseñar una carrera atractiva para el profesorado sería la mejor manera de mejorar el reconocimiento social de su labor, por encima del salario, aunque muy cerca, o elevar la nota de acceso a la docencia.

Pero centrémonos en el acceso. La mayoría rechaza tanto el sistema de acceso (65%) como las competencias que se demandan en la oposición (64%) o el sistema de valoración de méritos (55%). El 63% reclama cambios en la fase de oposición y un 55%, que se establezca un modelo de formación específico para profesores de nuevo ingreso. Del mismo modo un 72% respalda las prácticas en centros educativos dentro de su formación, es decir tipo MIR, como ya propusieron en su día tanto el PSOE de Rubalcaba como el PP de Rajoy.

En fin, parece que todos queremos un nuevo modelo de profesión docente y un acceso donde se valore más que conocimientos, la empatía y gestión emocional de los alumnos, el conocimiento y aplicación de metodologías didácticas activas y la gestión del aula y eso sólo se puede evaluar incluyendo prácticas remuneradas en los centros educativos.

Lo curioso del caso es que reconocido y admitido por todos los grupos políticos la necesidad de establecer una profesión docente atractiva y un estatuto propio, incluso iniciado el camino político para establecer un pacto educativo de mínimos, dicha necesidad haya pasado al olvido porque ya no es rentable electoralmente la confluencia y sí el distanciamiento.

Hay que cambiar el acceso a la docencia y, al parecer, también a la política.