WCwomo anfitrión, Blair querría anotarse un tanto populista en la cumbre del G-8 que comienza hoy en Gleneagles. Por lo que intentará proyectar un liderazgo progresista y conseguir acuerdos trascendentales entre las ocho potencias industriales para combatir el cambio climático y perdonar la deuda de los países más pobres. Pero Bush ya le ha advertido de que no piensa hacerle favores que vayan contra los intereses de EEUU. Y eso significa, blanco sobre negro, que el presidente rechazará cualquier compromiso de limitación de las emisiones contaminantes en la línea de Kioto --para satisfacer a las compañías norteamericanas-- y sólo admitirá que esa polución es la responsable del calentamiento global. Así que el premier británico deberá contentarse con la condonación de la deuda exterior de 18 países, que tampoco podrían pagarla, medida acordada en junio y considerada insuficiente tanto por las naciones endeudadas como por las ONG. El inquilino de la Casa Blanca también se resiste a duplicar la aportación a los países en desarrollo, negándoles la "ayuda financiera masiva" que reclama la Unión Africana. Esa decepcionante postura, más su enfrentamiento con Chirac , amenazan con amargarle la cumbre a Blair.