DEMANDAS SANITARIAS

Psicólogos confinados

Sara Marco

Otro día más encerrada en un piso de 40 metros cuadrados. Tras asearme y desayunar, me siento enfrente del ordenador, con el teléfono en la mano y una lista de números a los que llamar. Se ha comentado, más bien por encima, el papel del psicólogo durante este periodo de presencia del virus. Ha salido alguna noticia, en la televisión o en los periódicos, sobre la ayuda que necesitan los sanitarios y los familiares de enfermos y que la pandemia generará estragos emocionales en la población mundial. Durante este tiempo, los psicólogos que atendemos a personas con trastornos mentales graves, con niveles de sufrimiento ya de por sí muy elevados y alteraciones en su funcionamiento vital de importancia, hemos seguido estando presentes en la vida de nuestros pacientes. Hemos tenido que adaptar nuestro trabajo para no abandonar a nadie. Cuando un psicólogo llega a casa, tras horas de desgaste por la implicación emocional en las historias de nuestros pacientes, de tomar decisiones muy complicadas respecto al diagnóstico o al plan de tratamiento, de equilibrar las necesidades de los pacientes con las demandas de la institución, necesita distancia. Distancia a veces es silencio. Otras veces es distracción. Se necesita otro tipo de estimulación que nos permita reponernos para seguir cuidando. A menudo, necesitamos unos días de vacaciones para ello. La dificultad aparece cuando los psicólogos no descansan. Los psicólogos, al igual que el resto de la población, nos hemos visto afectados emocionalmente por la situación de confinamiento. Tratar de ayudar a alguien que pasa por la misma situación que tú es realmente complicado.

LA CRISIS DEL COVID-19

Españoles desatendidos

Ana Oliva

Plasencia

Tengo un amigo confinado en El Salvador desde el 8 de marzo. Fue por vacaciones y se quedó allí sin poder regresar. Oigo cada mañana en la radio la cantidad de ciudadanos españoles en idénticas circunstancias y sin solución. ¿De qué sirven los consulados y las embajadas si cuando te pasa algo no te ayudan ni te dan ninguna opción? Este amigo está allí, en un hotel, dejado de la mano de Dios. Llama cada tres o cuatro días al consulado y no le dicen nada. El Gobierno no se está preocupando de estas personas, que sufren situaciones complicadas, con la familia y trabajos aquí.

Apostemos por el país

Sandra Pérez

Cáceres

La posibilidad de hacer turismo está cada vez más cerca. Aun con las restricciones, el turismo nacional es uno de los planes de los españoles para este verano. Pese a que todo este caos nos ha sacudido demasiado, la oportunidad que podemos ofrecerle al turismo nacional, al igual que a las tiendas de proximidad, es enorme. Tenemos tendencia a planear las vacaciones fuera del país o a comprar en el súper más cercano, sin preocuparnos demasiado de a quién beneficiamos. Ahora tenemos una oportunidad maravillosa para cambiar ciertos hábitos. Hagamos más planes en nuestro país, salgamos a conocerlo, seamos más curiosos con lo que no tenemos tan lejos, que no por eso es menos bello. Compremos local, consciente y de manera más justa. Nos están abriendo unas puertas inmensas para apostar por la tierra que nos vio nacer.

Desde otra perspectiva

José Antonio Artés

Madrid

En esta etapa de aislamiento físico -no mental-, a veces me pregunto: ¿que está pasando? ¿Es fruto del comportamiento humano, o simplemente el resultado manifiesto de la aleatoriedad? La iluminación de nuestras debilidades y los momentos de tristeza pasados ¿serán suficientes para elevar nuestra conciencia colectiva? Lo que sí es cierto es que algo está cambiando, y que deberíamos enfocar nuestras vidas desde otra y mejor perspectiva. Deberíamos consumir más altruismo y abandonar la dieta del egoísmo si queremos dejar una buena herencia a nuestras generaciones futuras, ya que lo que hoy decidamos ser es lo que seremos, o serán, mañana.