TPtasadas elecciones, en el PSOE se sigue hablando más de futuros líderes que de proyectos, como las políticas desarrolladas por el Gobierno no hubieran sido determinantes para la derrota. Debe ser que a los todavía máximos dirigentes del partido les interesa que militantes y ciudadanos sin carnet sigamos discutiendo sobre nombres y no respecto a las políticas que piensan desarrollar, sin tener en cuenta que los votantes socialistas son más críticos que otros; como se ha demostrado.

La impresión, desde fuera, es que la mayor preocupación de la nomenklatura socialista es mantenerse en el poder, aún circunscrita al partido. No es casual que Zapatero anunciara que no se presentaba a las elecciones, sin dimitir como secretario general. De ese modo, su aparato podía colocar en puestos de salida a los más afines. Consumado el desastre, nos dicen que el futuro secretario general debe ser parlamentario. Algo que me parece irrelevante pues lo importante sería elegir a un buen líder con un proyecto solvente y claramente diferenciado del PP. Da igual si es parlamentario o no, convencido como estoy de que tendrá al menos ocho años para consolidarse y, lo más importante, elaborar un proyecto de izquierdas, que es lo que se ha echado en falta estos últimos tiempos.

Es verdad que sus primeros años, el gobierno de Zapatero impulsó una serie de leyes progresistas, pero manteniendo algunas políticas que nos han llevado a la crisis actual, y me estoy refiriendo a la política del ladrillo. Ello sin contar que después se ha dejado arrastrar por un poder fáctico tan fuerte como los mercados , y se ha arrugado ante la Unión Europea o la Iglesia católica, por poner solo tres ejemplos. Aparte, claro de que sus gobiernos han carecido de una política de comunicación clara y, en muchos casos, nos ha tratado como si fuéramos menores de edad, al no compartir con todos los ciudadanos las presiones recibidas para cambiar sus políticas; ni de dónde venían. El caso más flagrante, la carta de la UE sobre los recortes que debía abordar, que hasta Berlusconi hizo pública.

Nos esperan tiempos difíciles y, desde mi condición de absoluta independencia pese a lo que muchos puedan pensar, creo que sería bueno que el PSOE encontrara un buen líder pero, mucho más importante, que el Congreso elabore un proyecto político solvente y de izquierdas; con soluciones diferentes a las que se apuntan desde la derecha triunfante. Lo mismo habría que decir respecto a los congresos regionales, el de Extremadura incluido. En caso contrario, tendremos PP para muchos años, tanto en España como en nuestra región, con todo lo que ello lleva consigo en algunos aspectos.