Hoy como socialista tengo un motivo de indignación y cuando algo te indigna te conviertes en un militante fuerte y comprometido.

Estamos viendo en los medios de comunicación las críticas a la reunión del Comité Provincial y su despotismo a la hora de elevar a la federal unas listas que no han sido votadas por la mayoría.

¿Pero cómo se come eso si hablamos del ¡Partido Socialista Obrero Español!?

Esa cerrazón al pensar que sólo unos cuantos, siempre los mismos y por encima de todos, están preparados para llevar a cabo el cometido político se llama soberbia.

Para que todos nos entendamos, me gustaría hacer una similitud con el fútbol, que tiene más seguidores que la política. Un jugador se forma en la cantera de un equipo, cuando está preparado comienza a jugar y si destaca es fichado por equipos más importantes. Una vez que su vida deportiva llega a su fin, (no siendo un anciano, por cierto), al que ha destacado mucho se le ofrecen puestos de asesor, entrenador,- y los demás vuelven a su trabajo o buscarán uno, digo yo.

¿Es tan difícil de entender?

Este es un momento de catarsis y, aunque crean que sólo nos indignamos una minoría, somos una minoría activa que se rebela, y esto será suficiente porque tendremos la levadura que levante la masa.

Como dice Stéphane Hessel, "Me considero socialista desde siempre-. Pero los socialistas necesitan un revulsivo. Tengo la esperanza de ver emerger una izquierda valerosa, impertinente si es necesario, que pueda tener peso y defender una determinada concepción de las libertades de los ciudadanos".

Ya es hora, muchos somos culpables porque hemos dormido demasiado tiempo la siesta, pero ahora toca levantarse.

Maribel Montero Fernández **

Cáceres