...Y mi quiero, vamos juntos compañero. Con estas palabras que muchos coreamos con Luis Pastor en el mitin-fiesta de IU en Badajoz quiero hacer una reflexión --en voz alta-- sobre la disyuntiva en la que se encuentra esta coalición ante la situación política en Extremadura, desde la independencia partidista, y con el único ánimo de alguien comprometido con la izquierda. Con los últimos resultados electorales, no por esperados menos sorprendentes, en nuestra región se ha llegado a una situación en la que IU tiene la oportunidad de decidir a qué partido apoya. Descartado sabiamente el apoyo al PP por, al menos, el Comité Federal, aparece ahora la posibilidad de optar por dárselo o no al PSOE. Una alternativa obviamente difícil por lo que exige de cierta renuncia a planteamientos y de concesiones, tanto con una solución como con la otra. Sin embargo, la opción que mantendría a Vara en el gobierno regional es, desde el punto de vista de la izquierda, la mejor para el interés general.

Los que estamos al margen de estos partidos, pero que también hemos decidido con nuestros votos, estamos expectantes ante las resoluciones, vinculantes o no, que tomen las asambleas según sus convicciones. Desde fuera se han podido oír antes, durante y después de la campaña algunos de los puntos en los que el desacuerdo entre ambos partidos es más notorio. Uno de ellos, la refinería, puede fácilmente solucionarse si se acepta que es suficiente que ésta cumpla las máximas garantías exigibles y se monta con poca o ninguna ayuda pública, como el mismo presidente ha manifestado. Difícilmente se entiende la posibilidad de perder esta iniciativa industrial de cuya relevancia no hay más que preguntar a quienes viven y trabajan en zonas donde otras se han instalado.

XTAMBIENx la idea, tan exagerada como repetida, de que el PSOE es la "derecha camuflada" con cuya gestión se ha llegado a esta situación puede servir como revulsivo ante la posibilidad de que gobierne la verdadera derecha. En buena parte, esta idea parece basarse en los diversos pactos que se han firmado entre PSOE y PP durante la legislatura. Sin embargo, cabe pensar que detrás de estas alianzas puntuales hubo posiciones consensuadas que llevaron a acuerdos útiles, como ocurrió en la Transición, que se traducirán en estabilidad y continuidad; en nuestro país somos muchos los que estamos ya hartos de ver cambios en las leyes con la alternancia de poderes, lo que se traduce en decepción para muchos, expectación para otros y provisionalidad para todos.

Asimismo puede reprocharse que Extremadura no haya alcanzado aún un puesto más digno dentro de España, pero hay que reconocer que el avance ha sido importante en muchos terrenos si comparamos la situación actual con la que teníamos cuando eran otros los responsables del gobierno.

No cabe duda de que habrá más razones de peso para explicar las reticencias actuales. Los ciudadanos de a pie también hemos sentido el ninguneo que, en ocasiones, ha sufrido IU. Y, siempre desde la calle, que ahora parece redescubierta, también algunos clamamos por que se airee un poco la Junta de Extremadura. Hace mucha falta un poco de aire fresco que ventile y retire el aire viciado y que se tire algún mueble viejo que estorba en el desván. Tiene IU una oportunidad de oro para pedir cambios de estructura y relevos de personas que, en algunos casos, sospecho que buena parte del mismo PSOE también desea, frenando la inercia que mantiene la inepcia.

Tanto desde la participación dentro del gobierno, que sabemos ofrecida, como desde fuera pueden lograrse objetivos necesarios ayudando a llevar las riendas de nuestra región. Nadie tiene por qué pensar que hacerse cargo de alguna consejería suponga el amansamiento de IU por asegurarse el pesebre. Desde dentro de la Junta se puede trabajar mejor para impulsar las políticas de izquierda en Extremadura.

Aunque es evidente que, en las últimas elecciones autonómicas, el PP fue el partido más votado, no es menos cierto que las opciones de izquierda cuentan con más respaldo. A la hora de votar no pensamos en pactos pero los resultados obtenidos deben hacernos pensar. Y esto puede enlazarse con el manido voto útil que tantos fracasos ha supuesto para IU. En esta ocasión parece que esa idea no ha cuajado sino que, por el contrario, una parte de los votantes de izquierda lo han hecho por esa coalición. Las interpretaciones y especulaciones al respecto pueden ser varias pero, aunque parezca contradictorio, esos votos pueden ahora convertirse en verdaderamente útiles, manteniendo su independencia programática pero ayudando desde el mismo lado a impulsar esta región.

Volviendo al inolvidable estribillo del comienzo, el quiero manifestado por Vara junto al ansiado puedo de IU, y no a la inversa, pueden hacer que en Extremadura cambien las cosas a mejor y podamos, mal que le pese a alguno, seguir llamando presidente a Vara unos años más.

*Profesor universitario,doctor en Química.