El otro día, llamaba la atención la cara que puso el señor Carles Puigdemont en la entrevista que le hicieron en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca. Acababa de descubrir lo que es una entrevista de verdad con preguntas incómodas y se le notaba desentrenado. Tanto tiempo pensando que lo que le hacían en TV-3 y el resto de medios públicos catalanes eran entrevistas y de repente descubre que aquello solo eran ‘spots’ publicitarios pagados por todos los catalanes. Espero que después de ver esta entrevista en Dinamarca, en dichos medios públicos de Cataluña a más de uno le subieran los colores al ver en qué se han convertido. Entiendo que a nivel individual la dignidad puede resultar muy cara y que en la intemperie profesional hace mucho frío, pero echo de menos una postura colectiva o a nivel sindical denunciando la maquinaria de propaganda en que se han convertido los medios públicos en Cataluña. Esto por lo menos les ahorraría la vergüenza de enrojecer al ver una entrevista de verdad.