WLw a amenaza de perder el carnet de conducir por conducta negligente ha funcionado. Su efectividad se ha medido hasta ahora con percepciones parciales, pero ya tenemos la estadística suficiente que lo avala: el carnet por puntos se implantó el 1 de julio del 2006 y sus efectos ya se pueden comparar con los datos de julio del 2007. Según la Dirección General de Tráfico, en las carreteras españolas fallecieron en julio del año pasado 278 personas, y este último, 269. Una reducción del 3%. El dato también exige otra consideración que lo hace aún más favorable: hace un año, la novedad de la implantación del carnet por puntos ya había extendido el miedo entre los conductores, que cambiaron desde entonces algunos de su peores hábitos, en especial, el exceso de velocidad. Aquel mes bajó mucho la siniestralidad. Sin embargo, un año después, la tendencia se mantiene a la baja. Entre estos datos positivos aflora un aviso inquietante: sigue aumentado el número de motoristas que mueren en la carretera. Veinte más que hace un año. Es un aviso serio y preocupante de que la campaña del carnet por puntos quizá se ha centrado en exceso en la cuatro ruedas en detrimento de los conductores de dos ruedas. Las expectativas iniciales sobre el efecto balsámico del carnet por puntos eran quizá exageradas, pero no se han desmentido, pese a que la máquina procesal de garantías para los denunciados ha retardado mucho la ejecución de las sanciones.