TQtue me dicen los homosexuales, los gays y lesbianas, que están moderadamente contentos o satisfechos, y eso que yo no las veía todas con ellos. Que Rodríguez Ibarra les haya escuchado algunas de sus reclamaciones es una victoria en una batalla ya demasiado larga.

Si les soy sincera, al conocer que se iba a producir esta reunión, pensé: "Inocentes, ingenuos"... o no, pensé: "¡Habráse visto tamaña osadía, un... atrevimiento!". Y es que no se nos ha escapado, en más de una ocasión, la opinión contundente del presidente extremeño en torno a algunos derechos que reclaman estas parejas. En su día ya dijo que nunca pondría en manos de una pareja así a un niño. La educación, venía a decir, no puede ser la misma.

Ciertamente, no permitimos que sea la misma. La sociedad aún no se lo permite. Y es más: ¿Por qué debe ser la misma? ¿Quién dice que un diputado, un maestro o un arquitecto está aportando una educación perniciosa o beneficiosa a su hijo?

Sin embargo, apúntense estas parejas un tanto. Se han reunido con el presidente de la Junta. Se les ha permitido reivindicar como cualquier ciudadano normal. Quieren casarse, pues bien, ¿eso es todo?; quieren quererse con libertad, ¿y bien?; quieren poder recibir lo que su pareja les deje al morir ¿ya sea poco o mucho?; quieren poder demostrar que pueden ser padres/madres.

La sensibilidad, la honradez, la inteligencia, la dulzura, la humildad, el orgullo, el tesón o la convicción no está escrito en el sexo. Tampoco la promiscuidad en los sentimientos. Vamos a abrir los ojos, como parece que lo ha hecho el presidente extremeño, si por la satisfacción de la Fundación Triángulo me guío.

No sólo han conseguido sentarse en los sillones ocupados en otras reuniones por "hombres y mujeres" de los pies a la cabeza, sino que ya han planteado la celebración de un congreso. Si los médicos hablan, debaten e implican a los ciudadanos en su problemática, ¿por qué no "estas parejas"? Y parece que consiguen el apoyo, el patrocinio, la promoción o como quieran llamarlo, de la Junta de Extremadura. ¡Bien por ellos! Ya era hora.

*Periodista