THtace cinco días que se fue la Virgen de Agosto, los cuerpos playeros del segundo turno veraniego exhiben un dorado misericordioso tras el tránsito blanco ciudad-rosado playa. Las tardes se acortan y el inefable atardecer mediterráneo pintado a Poniente en oro, naranja, rosa, celeste, gris plata y violeta es un poema modernista que Juan Ramón no escribió. La segunda quincena avanza con el encanto de lo que acaba. El debate es ahora si debe o no jugar Casillas . Para algunos, inaugurado el festival de la interminable Liga española y entronizado el deporte rey, Rajoy descansará, porque no tendrá que azuzar artificialmente la angustia de los pescadores de Gibraltar, por desviar la atención de sus maldades. Para algunos, todo lo que no sea el 'caso Bárcenas', ese periodismo de investigación fecunda, profunda y desinteresada, todo lo que no sea escribir, repetir, aventar, publicar, recordar, insistir, machacar, sugerir, afirmar, exigir e insultar, son maniobras de distracción de ese pérfido y "corruto" gobierno, que diría Blanco si no estuviera desactivado.

Nada es comparable a la podredumbre del PP, ni mayor escándalo ni noticia nacional que importe. Pase que se escriba de Egipto y de Siria. Pase que se informe de la tragedia filipina, pero en lo tocante a España, manipula quien diga que la prima de riesgo, que el verano pasado andaba por los seiscientos puntos haya bajado a doscientos cincuenta, que sea el año con menos superficie forestal incendiada en medio siglo, o que el tirón del turismo español en el verano anticipe un año récord. Diríase que hasta Nadal vence para que se le alabe a él y no se inculpe a Rajoy. No existen los ERES, ni el escándalo de UGT. Y en un infantil remedo del novio de Falete , el esmirriado aquel que paseaba el estupendo Dani Mateo por 'La Sexta', blandiendo un saco y gritando "¡Ayyy, que me secuestran!", Rubalcaba en Blanes, perora de nuevo sobre la corrupción ajena, hace metáforas sobre el dinero negro ajeno y pide: ¡Que me demanden!, por no ser menos que Oscar López . ¡Para que no le olviden, ni siquiera un momento!