He tenido la suerte de asistir hace unos días a un congreso sobre el Camino Mozárabe de Santiago que, promovido por el Centro de Desarrollo Rural de la Serena, se ha celebrado en Mérida y al que han asistido un buen número de participantes y ponentes. Seguramente muchos lectores se preguntarán ¿qué es el Camino Mozárabe?, ¿qué tiene que ver con Extremadura?, o incluso ¿quiénes son esos mozárabes?.

Para evitarles la búsqueda, algo que por otra parte les aconsejo, contaré que mozárabe, es una palabra de evocadora y sonora resonancia, es el nombre que recibieron los cristianos que vivían en los territorios del sur peninsular durante la dominación musulmana. Con el hallazgo del sepulcro del apóstol Santiago se inician las peregrinaciones hacia el santo lugar, algo que también realizaban los cristianos que vivían en las tierras del sur, que habían conseguido preservar su fe.

No hace falta saber mucha geografía para darse cuenta que, trazando una línea lo más recta posible desde Córdoba a Santiago, el camino pasa necesariamente por Extremadura, sobre todo teniendo en cuenta que existía un camino previo, que afortunadamente conocemos mejor, el Camino de la Plata, que sería utilizado en los desplazamientos. Un camino en el que el imaginario es fundamental, en palabras de Sánchez Adalid , ya que el camino es mucho más que una traza topográfica.

No voy a preguntar por qué pueblos o ciudades extremeñas pasaría tal camino, para no molestar a nadie, solo lo comento por abrir un canal de investigación que nos ayude a conocer un poco mejor un recurso prácticamente inexplotado y desconocido actualmente, y que a todas luces puede ser un recurso turístico de primera magnitud, que además complementa el ya existente de la Vía de la Plata. Cierto es que lo hecho hasta ahora es poco o nada, que vuelven a ser los grupos de acción local los verdaderos conocedores del terreno, los que han capitaneado el movimiento, y que en las mesas del Congreso causaba honda tristeza no ver un solo folleto turístico destinado al Camino Mozárabe en Extremadura, en medio de otros del Camino del Estrecho, o de varias de las provincias andaluzas. Si ellas están interesadas en el camino, más deberíamos estarlo nosotros, que podemos recibir por el mismo a nueve millones de potenciales visitantes provenientes de Andalucía.

XSI ENx más de una ocasión he denunciado el abandono que sufre la Vía de la Plata por parte de nuestras instituciones, ¿qué podría decir de la ignorancia, falta de señalización, difusión y divulgación de nuestro Camino Mozárabe, a pesar que desde 2010 se pusiera en marcha un proyecto de cooperación Interterritorial de 14 grupos de desarrollo rural de Extremadura y Andalucía, en colaboración con las asociaciones de amigos del Camino de Santiago?. Una vez más la sociedad va por delante de nuestros políticos.

Y lo mejor de todo, la llama de la esperanza, ha sido poder ver que los compañeros del Centro de Educación Infantil y Primaria Nuestra Señora de la Antigua, de Mérida han diseñado un proyecto educativo y elaborado una preciosa mascota, Mozarito, y ocho institutos de educación secundaria de la provincia de Badajoz que han realizado el camino mozárabe en Extremadura en bicicleta acompañados de sus profesores, dando otra lección más de la extraordinaria salud de la escuela pública, a pesar del maltrato al que la están sometiendo antes incluso de la recién aprobada Ley Wert. Un ejemplo de la actitud comprometida que manifiestan buena parte de nuestros profesores, una postura que necesariamente nos lleva a la acción y que huye de la actitud masoquista que conduce a la victimización y al lamento, y que es paralizante e inhibidora.

A los nostálgicos de la educación de reválidas y enciclopedias Alvarez hay que decirles que se equivocan cuando piensan que solo se aprende en situaciones institucionalizadas. Se aprende también en el libro de la vida, en las calles, haciendo el camino y visitando los magníficos yacimientos que hay al borde del mismo, que nuestros alumnos tienen un deseo innato de aprender, de descubrir, de explorar; por eso los niños aprenden de forma casi natural a hablar y expresarse, logrando aprendizajes espontáneos adaptados a los ritmos y capacidades de cada uno, ya que el Medio puede ser un recurso didáctico de primera magnitud que permite además aprender a pensar y a convivir.