TDte no ser por las subvenciones y esfuerzos llevados a cabo por los nacionalistas, es probable que las lenguas de España desaparecieran. Sobre todo, en lo relacionado con la creación literaria, porque una lengua sin literatura tiende a morir. El problema es que cuando estos esfuerzos, en una sociedad bilingüe, se exceden en sus medios llega un momento en que los buenos propósitos se conviertan en malos resultados.

Hay excelentes cirujanos y médicos, de origen catalán, que han neutralizado sus deseos de regresar a Cataluña por los problemas que podrían generar en los estudios de sus hijos. En el informe Pisa se reconoce que la comprensión de los escolares catalanes es de las más bajas, mientras que la de los castellanos es de las más altas. Se argüirá que eso pasaría también con la enseñanza del inglés, pero no es lo mismo estudiar inglés, que "la inmersión de los estudios en inglés".

Pero el mayor problema, a medio plazo, es la sobrevaloración del conocimiento del idioma autonómico, en detrimento de los méritos profesionales, lo que logrará que mediocres científicos, mediocres médicos, mediocres jueces, mediocres policías, logren ser aupados a puestos para los que tienen menos méritos que otros aspirantes. En una reciente polémica argüí que Einstein no sería admitido en las universidades públicas nacionalistas, a favor de otros físicos con menor prestigio científico, pero con dominio del idioma autóctono.

Un individuo, de cuyo nombre no quiero acordarme, me espetó: "¡Que se joda Einstein!". Teniendo en cuenta que Einstein dejó este mundo a mediados de los años cincuenta, es poco probable que se pueda molestar. Pero a los que perjudicará notablemente la pérdida de la excelencia y la exaltación paulatina de la mediocridad será a los alumnos universitarios, y, en general, a esa sociedad que paga sus impuestos para que los políticos cobren el sueldo correspondiente y solucionen problemas, en lugar de crear otros nuevos.

*Periodista.