Que Barcelona vive del turismo no es noticia, pero los últimos incidentes ocurridos en la ciudad y la tensión y la violencia vivida en sus calles sí que ha tenido una gran repercusión a nivel internacional, quizá demasiada. Barcelona ha perdido su espíritu de convivencia y de ciudad tolerante y cívica, pero también ha perdido muchísimo más que eso.

El Gremio de Hoteles de Barcelona ya advirtió que «los gravísimos incidentes han dejado unas imágenes que resultan especialmente perjudiciales para la reputación de la ciudad en todo el mundo». Pero la realidad es que la gente ya no quiere venir a la ciudad condal y esta imagen va a ser muy difícil de borrar. Miles de turistas han cancelado sus viajes, tanto presentes como futuros, pero lo peor es lo que todavía está por venir.

¿Cómo se va a recuperar Barcelona de esto? ¿Cómo van a replantear la situación las instituciones para reconducir la imagen que tiene actualmente la ciudad? El turismo alimenta a la ciudad, a sus comercios y a sus arcas, por este motivo es muy necesario gestionar y replantear la imagen que se está mostrando y recuperar la normalidad, para evitar otra caída como la ya sufrida hace dos años con los atentados terroristas.

Por favor, seamos conscientes, seamos honestos, necesitamos un cambio. El turismo es el primer sector de la ciudad, y las consecuencias que esta situación puede tener en Barcelona pueden ser devastadoras. Piénsenlo bien.