TEtl presidente del PNV, Iñigo Urkullu , ha afirmado sin despeinarse que, a falta de una selección de Euskadi que compita en la Eurocopa, prefiere que gane Rusia a España. Seguramente quiere desviar la atención de los vascos y las vascas del difícil pleno del viernes en el que su recalcitrante lendakari planteara, en el Parlamento vasco, su consulta sobre la autodeterminación. El PNV va a tener que dar muchas explicaciones de cómo acepta los votos del Partido Comunista de las tierras vascas; si es que estos deciden apoyar a Ibarretxe en su aventura soberanista. Tal vez esa sea la razón por la que Urkullu, haya decidido meterse en el charco del fútbol y desviar la atención del verdadero problema de su partido, que no es otro que la obcecación de su jefe de Gobierno.

Destacados dirigentes del nacionalismo vasco no ocultaban hasta hace poco, en público ni en privado, su malestar ante la convocatoria de este referéndum, coincidiendo con el rebrote de la violencia etarra. Solo el temor a una nueva escisión ha conseguido que todos cierren filas en torno a una propuesta que la mitad no comparte.

El entusiasmo por la selección rusa manifestado por Urkullu, es porque en la Rusia de Putin , según dijo, han cambiado mucho las cosas. Seguramente el dirigente peneuvista se refiere a que ya no machaca a los separatistas chechenios porque los ha aniquilado a todos. O a que, en ese país que tanto admira, las veleidades autonomistas suelen acabar con los tanques por las calles.

Si al final, frente a Rusia, el seleccionador Luís Aragonés , decide sacar al campo al centrocampista vasco Xabi Alonso , donostiarra por más señas, y junto a sus compañeros logra ganar el partido, no le hará maldita la gracia que su compatriota Urkullu ande llorando por las esquinas la derrota de los de Putin. Resulta curioso el dato de que más del sesenta y cuatro por ciento de los vascos vieron en televisión el último partido de la selección española el pasado domingo cuando ganó a Italia. No parece pues que ese provinciano sentimiento de Urkullu tenga mucho predicamento entre sus paisanos. Precisamente, lo que este campeonato y este deporte están poniendo de manifiesto es que consiguen superar lo peor de los nacionalismos.

En homenaje a Xabi Alonso y al resto de jugadores catalanes, gallegos, andaluces, valencianos, madrileños, asturianos... ¡suerte España!

*Periodista.