XLxa respuesta a la primera pregunta es simple: Para comunicarnos. Aunque lo tenemos difícil pues el profesor estadounidense y amigo del filósofo Herbert Marcuse, Herbert I. Schiller (1919-2000), manifestó que en nuestro tiempo la comunicación no se utiliza para comunicarnos sino para incomunicarnos. Y es que Schiller sostiene que en las actuales condiciones sociales y económicas la comunicación no permite el análisis ni la crítica. A pesar de Schiller debemos convenir qué madrileños o andaluces, por ejemplo, están más intercomunicados, conocen más su comunidad, su cultura y sus gentes que lo estamos los extremeños. Y eso se debe fundamentalmente a que en esas comunidades lleva funcionando durante algunos años al menos, un canal autonómico de televisión. Sin embargo, a los partidos políticos de Extremadura les ha costado trabajo entenderlo. Es motivo de alegría, por tanto, que ahora en 2004 todos nuestros representantes estén de acuerdo en una obviedad tan manifiesta. No obstante recordamos cómo hasta hace muy poco, se frenaba el proceso porque había que madurar la elección entre los distintos prototipos tecnológicos que la televisión ofrece en estos momentos.

a Corporación de Medios Audiovisuales de Extremadura está a punto de iniciar su andadura y por ello nos felicitamos, primero como futuros receptores de su trabajo y segundo como miembros de una sociedad que acaba de consolidarse como más avanzada que la de hace tan sólo unos meses.

¿Y cómo debe ser nuestra televisión extremeña? Para empezar, la televisión extremeña será parte de una empresa de titularidad pública y sus recursos se detraerán de los presupuestos anuales de la comunidad. Un elemento controvertido es si debe obtener recursos por publicidad, ya sea institucional o comercial. Los ciudadanos extremeños estaremos muy satisfechos si el canal autonómico de televisión funciona sin anuncios.

Qué otras condiciones debe cumplir la nueva emisora de televisión regional?

Además de cumplir con los tres grandes objetivos de la comunicación, a saber: informar, educar y divertir, la televisión extremeña debe seguir el tercer modelo de los tres que hasta ahora se conocen. Tendrá, por tanto, que despreciar los dos primeros: el modelo autoritario, propio de regímenes totalitarios, porque ya lo sufrimos bastante tiempo en vida del general del Ferrol, y el modelo liberal que conjuga la libertad de expresión con la libertad económica porque bastante le estamos padeciendo con los canales 3 y 5.

La televisión extremeña debe cumplir con el modelo de responsabilidad social. Es decir, el modelo en que los periodistas garanticen, frente a los dictados políticos de los gobiernos, la satisfacción de las necesidades de información de la sociedad. Para ello se les debe dotar de libertad de expresión entendida como posibilidad de realizar un servicio público imprescindible para que la vida democrática sea efectiva. Asimismo, dentro del equipo de redacción de la emisora ha de existir un natural pluralismo para que se mantenga una rigurosa neutralidad ideológica. Además debe hacer gala de independencia informativa, de aportar inteligencia, de propiciar elementos de reflexión y sobre todo de hacer una profunda revisión de lo que es el concepto de información. Por poner un caso, ¿podemos los extremeños imaginarnos a que los señores Rodríguez Ibarra y Floriano o Baselga comiencen la próxima campaña electoral impidiendo que los periodistas de la televisión regional les hagan preguntas? El periodista debe sentirse libre para que su ilusión y su entrega en el trabajo no se sientan censuradas por la acción del poder, por el miedo a no agradar a la voz de su amo . Lo curioso del asunto, según el catedrático de la Complutense José Vidal-Beneyto, es que en los medios públicos y con más intensidad en las televisiones públicas, suele pasar que éstas tienen una acentuada tendencia a informar pro domo sua (a favor del jefe).

Un objetivo básico, de la empresa pública Corporación Empresarial de Medios Audiovisuales de Extremadura (CEMAE) debe ser velar permanentemente por la salud cultural y educativa de la población a la que se dirige.

No debemos llegar a la frustración del refrán Mal de muchos, consuelo de tontos y aceptar que puesto que todas las televisiones públicas de las Españas son deficitarias, la nuestra también debe serlo, pues encima se da la trágica paradoja que tienen un porcentaje elevadísimo de programación basura, por imitar o haberse dejado llevar de las cadenas privadas cuyo único objetivo es el share. Para este viaje no necesitábamos alforjas . Ante estos resultados, ¿no sería mejor eliminarlas? ¿Para qué se han creado? ¿Para beneficio social, cultural y educativo de la sociedad o para que cada presidente de comunidad tenga su particular altavoz-pantalla?

La televisión extremeña debe ofrecer en su parrilla programática, lógicamente, además de espacios de entretenimiento, un amplio sector de programas culturales que respondan a nuestra propia antropología regional.

Por último debe captar a los usuarios tradicionales del medio a la vez que repescar a aquellos usuarios expulsados por el aburrimiento que les ha producido el exceso de canales, la baja calidad de los mismos o el maremagnum informativo de nuestra actual sociedad de la información. Hay que tener en cuenta también, que por mucha austeridad que quiera y deba imprimírsele a la CEMAE, debe hallarse en su interior un cierto equilibrio en sus tres aspectos principales: informativo, técnico y administrativo; o lo que es lo mismo, debe gobernar un orden entre medios y personas para que el producto final sea de la mayor calidad posible. Hay que lograr, en fin, una televisión regional que llegue a todos los municipios, con una programación plural, arraigada a nuestra propia cultura, con unos fines claramente pedagógicos y que demuestre veracidad, neutralidad e independencia. En definitiva que nos haga la vida más agradable sin que nos cueste muchos cuartos.

*Profesor de instituto y cantautor