WLwos problemas surgidos por el retraso de la apertura y acondicionamiento del nuevo edificio del Conservatorio Superior de Música de Badajoz han puesto de manifiesto que es necesario que la administración competente, en este caso la Diputación, se conduzca con un poco más de rigor: no es concebible que este organismo empiece a tramitar la licencia de ocupación del edificio más de una semana después de la fecha en que tendrían que haberse empezado a impartir las primeras clases; no es concebible tampoco que a estas alturas falten elementos tan esenciales como pianos, banquetas, atriles, pizarras de pentagrama y ordenadores para la composición, como denuncian los alumnos, los cuales han pagado religiosamente la matrícula para que se les imparta el curso entero. Tampoco es concebible que la Diputación impida la entrada a los medios de comunicación a un edificio público, quizás con la vana pretensión de que no comprueben que las carencias en material que denuncian los alumnos se corresponden a la realidad. Y es una pena que, después del esfuerzo que ha hecho la institución provincial para mejorar la calidad de la enseñanza musical superior, con nuevas instalaciones, todo se eche a perder por la incapacidad para admitir las críticas.