TTtiene que cambiar. Es preciso que cambie el concepto de política en virtud del cual se otorga a los partidos preeminencia sobre los ciudadanos, e incluso los gobiernos. Partidos a los que se permite elaborar listas electorales cerradas, que diseñan estrategias de comunicación para los ejecutivos. Partidos, en definitiva, que se meten en la acción de gobierno, y gobiernos pendientes de sus partidos.

Manuela , señora mayor de un pueblo castellano, ha escrito a la ministra de fomento porque le han dicho que van a quitarle el tren que pasa por su pueblo, el que coge para ir al médico. Quizás no sepa que los ministros en España no responden ante los ciudadanos, sino ante sus partidos, pendientes de sus expectativas electorales. Es cierto que la cosa le va mal al partido actualmente en el gobierno, pero aún le va peor al principal partido de la oposición. Por tanto, nada. Mientras mantengan el tipo, no le harán caso a la señora de la carta aunque la razón la asista, que no lo sé, habría que verlo, pero lo malo es que ella tampoco lo sabe, sencillamente porque no la han informado.

Ella ha oído, pero no conoce. Está directamente afectada, pero nada se le ha explicado. Ese es el problema de este país. Dicen que sí, pero lo cierto es que nos dan escasas razones de las modificaciones y cambios que nos afectan. La mayoría absoluta no otorga el derecho a gobernar parapetados tras el silencio. Es preciso que los ciudadanos seamos informados, que Manuela sepa, exactamente, a que se enfrenta mañana, y es preciso también que se nos de la posibilidad de opinar, no como una gracia sino como un derecho. Información es lo que, educadamente, exige la anciana señora a la ministra. Si las cosas le fueran peor al PP que al PS, aumentarían mucho las probabilidades de que la responsable de fomento respondiera a su carta, incluso de que se presentara en su casa.