El cuerpo social da muestras constantemente de su vitalidad arrolladora. El conjunto de personas que comparten una serie de ocupaciones y preocupaciones similares velan sin cesar por el buen fin, el justo, el necesario en oposición directa a las clases políticas, que se mueve por intereses distintos.

Hay una sociedad civil que sale siempre a la calle, o no se calla, con bufanda o con abanico, para proteger puestos de trabajo, medidas sanitarias, educativas, animalistas, feministas, ecológicas, ambientales, urbanísticas, legislativas y sociales.

Civismo, civilidad civilizada. Ciudadanos y ciudadanía que saben y quieren enfrentarse a la sinrazón y tropelía local, nacional, global y dejan su huella humana en la fatigada faz de la tierra, insaciablemente ignorante e irresponsable.