Que conste que ignorante, según la RAE, significa que ignora o desconoce algo, y la ignorancia cualidad del ignorante o falta de conocimiento, por lo que nadie entienda mis palabras peyorativamente.

De absoluta cualidad del ignorante sobre un centro educativo, son las declaraciones y propuestas realizadas, hasta la fecha, para el comienzo del próximo curso escolar. De absoluta ignorancia e irresponsabilidad es la de abrir los centros para cuatro días este final de curso, pero voy con el siguiente, el 2020/21. Grupos de quince alumnos, alternando actividad presencial y no presencial, en días alternos o en su caso aulas separadas atendidas, créanselo que es cierta la propuesta, por el mismo docente. Vamos a ver si reflexionamos antes de decir lo primero que se nos ocurre tomando un café con churros.

Un centro escolar no puede duplicar sus instalaciones por generación espontánea, pues aunque el saber no ocupa lugar, los cuerpos que albergan las mentes sí que lo ocupan, incluso se mueven, algunos mucho, incluso los hay que hasta comen en el centro. Eso por no hablar de leyes físicas, pues que yo sepa, es sólo potestad divina, no de los docentes por ahora, el don de la ubicuidad, estar en más de un sitio a la vez.

Con dicha medida no se podría aplicar un currículo ya de por sí sobrecargado en la mitad de sesiones, incluso en las mismas sesiones pero no presenciales. No se podría tampoco garantizar el derecho a la educación en igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones y menos atendiendo a la diversidad.

Por desgracia, dudo que las plantillas se dupliquen para hacer efectiva la medida, sobre todo cuando dicho gasto lo cubre la autonomía. En fin, la única cura contra la ignorancia es el conocimiento, pues un ignorante supino es quien no quiere aprender de quien sabe u obvia lo que debe saberse.

Pregunten a los docentes. Pregunten en Infantil o en Educación Especial, les dirán que ignorante es quien crea que un niño de tres años o un alumno con hiperactividad pueda mantener alguna distancia de seguridad, una mascarilla por más de diez minutos o unos simples guantes, por ejemplo.

Si necesitan conocimientos consulten precisamente a aquellos que quieren obligar a cumplir lo imposible, que pudieran ser ignorantes en política pero no en su trabajo. Pero háganlo ya. Hable con Sanidad, con sus Consejerías para las plantillas que deben estar en mayo, con los sindicatos para las condiciones de trabajo, con los directores, con los docentes y con las familias, también con otros ministerios que la conciliación también es de ellos. Y hablen cuando sepan algo, no cuando se les ocurra algo.

*Maestro.