Inmersos en una profunda crisis económica desde hace más de dos años, estamos viendo y oyendo noticias diarias sobre un número creciente de empresas en concurso de acreedores, expedientes de regulación de empleo, cierres de fábricas, dificultades para acceder a la financiación bancaria, despidos, recorte de gastos y de inversiones, etcétera. Sin embargo, nadie o muy pocos se atreven a poner de manifiesto el escándalo que supone la situación económica y financiera de casi todos los clubs de fútbol españoles y europeos. ¿Es tema tabú? ¿Es el nuevo opio del pueblo? ¿Hay demasiados intereses creados ? ¿Tiene un coste electoral demasiado alto para los políticos ser inflexibles y rigurosos con las obligaciones financieras e impositivas de los clubs como lo son con las empresas?

La situación es grave. La deuda de los clubs españoles de Primera supera los 4.000 millones de euros. Según los balances publicados por las entidades, el 30 de junio del 2009 la deuda del Real Madrid era de 683 millones de euros; la del Valencia, de 550; la del Atlético de Madrid, de 511; la del Barcelona, de 489; la del Deportivo de A Coruña, de 292; la del Villarreal, de 240; la del Espanyol, de 165; la del Racing de Santander, de 137, etcétera. Si vamos a equipos de categorías inferiores, la situación en muchos casos es dramática, con noticias de jugadores encerrados en los vestuarios porque no cobran y no pueden mantener a sus familias. Los pagos pendientes y atrasados a la Hacienda española y a la Seguridad Social ascienden también a miles de millones de euros.

XLA INCAPACIDADx de los clubs para pagar sus deudas es, en muchos casos, evidente. Si un club debe 600 y solo ingresa 400, y de estos ingresos hay que deducir todos los gastos, y de estos gastos los intereses de la deuda suman ya 35 o 40 millones al año, al final los beneficios, si los hay, son tan pequeños que no es posible devolver el principal de la deuda. La solución solo estriba en vender patrimonio con plusvalías, --ya sean jugadores, estadios, terrenos o instalaciones--, transformarse en sociedades anónimas los que no lo son o aportar capital por parte de los socios. Hay unos pocos clubs que tienen esta posibilidad, pero la mayoría no.

En el resto de Europa la situación es similar. El Manchester United obtuvo beneficios en el 2009 gracias a los 88 millones de euros que obtuvo por la venta de Cristiano Ronaldo . Aun con ello, el club acaba de lanzar una emisión de bonos de 500 millones de libras para refinanciar su deuda. Los asesores del club se reunirán con las principales entidades financieras del mundo y con inversores asiáticos, europeos y americanos para vender los bonos. Recordemos que el Manchester ya no es de sus socios, sino que fue adquirido por un grupo inversor norteamericano. El Inter tuvo unas pérdidas de 148 millones de euros; el Chelsea, de 88; y el Milan, de 67, entre muchos otros clubs. En la gestión del negocio, prácticamente todos los clubs tienen pérdidas; y los que dan beneficios se deben a plusvalías realizadas por la venta de jugadores o terrenos.

El Fútbol Club Barcelona tuvo beneficios en el 2008 gracias a la venta de Deco el último día del ejercicio, a las ventas de patrimonio y al crédito fiscal que aún quedaba de las pérdidas de la era de Gaspart . En el ejercicio cerrado en el 2009 también hay resultados atípicos por plusvalías en ventas de patrimonio. Ahora, y cara al futuro, una nueva recalificación del Miniestadi puede ser una solución.

El Real Madrid no es viable económicamente si nos basamos solamente en la gestión del negocio. La deuda acumulada y los pocos beneficios que genera el club solo tiene dos soluciones a largo plazo: o la recalificación y venta del Bernabéu (excepcional pelotazo ) o la transformación en sociedad anónima. En ambos casos, Florentino Pérez y ACS jugarían un papel fundamental en las operaciones.

En los periódicos deportivos, especialmente, pero también en algunos económicos y de información general, se cae en el error de confundir ingresos con riqueza. Leemos que el Real Madrid o el Manchester United son los clubs más ricos del mundo porque tienen la mayor cifra de ingresos, pero para decir qué clubs son los más ricos no debemos mirar sus ingresos, sino analizar su balance, viendo cuál es su patrimonio, sus activos, sus deudas y todos los pasivos. Y aun analizando sus balances deberíamos actualizar el valor de mercado hoy de sus jugadores e instalaciones, ya que probablemente deberíamos devaluar la mayoría de ellos. Y, por otro lado, por muy alto que esté estipulado su valor, ¿quiénes están en disposición de poderlos adquirir? ¿Quién pagaría hoy 88 millones por Cristiano Ronaldo o 60 por Kaká ? Les aseguro que nadie.

En definitiva, se impone una mejor gestión empresarial de los clubs de fútbol, la mayoría dirigidos por personas poco competentes y encima con remuneraciones, en muchos casos, muy superiores a las habituales entre los directivos de empresa. En cualquier caso, el Gobierno tiene que intervenir con el mismo rigor y la misma exigencia que lo hace con las empresas y los particulares. Pero si lo hace se acaba el fútbol, y esto supondría un caos social de gran trascendencia.