Candidata del PSOE a la alcaldía de Cáceres

Las declaraciones del presidente Ibarra anunciando la construcción de un nuevo hospital en Cáceres han provocado un sinfín de interpretaciones, algunas de las cuales son francamente desconcertantes. La decisión es firme, la financiación está asegurada con la aprobación de un crédito extraordinario y se han estimado unos plazos cortos para construirlo dada la importancia regional del proyecto que exige un plan funcional elaborado por expertos en la materia. El sitio ha sido cedido por la Diputación de Cáceres en terrenos propios junto a la carretera de Madrid.

El nuevo hospital, promesa del Partido Socialista en las anteriores elecciones autonómicas, empezó a ser mayormente demandado cuando Extremadura estaba a punto de tener las actuales transferencias sanitarias. La política del Insalud (anterior administración responsable) nada había dicho al respecto, encaminada como estaba hacia la restauración del San Pedro de Alcántara, una instalación obsoleta a juicio de los conocedores y que se ha revelado como saco sin fondo de las partidas presupuestarias sin que el usuario perciba claramente verdaderas mejoras.

Ahora la Junta de Extremadura decide construir un nuevo hospital con los más modernos recursos. La medida, importante, suscita junto a los comentarios satisfechos, los más, algunas reacciones desajustadas y obsesivas. Y sorprendentes porque vienen a decir que nadie puede arrogarse la autoría del proyecto pues como el campo sanitario es de interés general todos han de ponerse la medalla por tener edificio y recursos nuevos.

Según estas interpretaciones, a mi entender llenas de temor enfermo, lo mismo ofrece a la ciudadanía aquél que reivindica un logro que el que lo ejecuta con la financiación adecuada y lo saca al mercado para uso general. Si ello fuera así debe olvidarse el presidente del Gobierno o sus ministros de poner en Extremadura primeras piedras en la N-630 pues mira que ha tenido reivindicaciones la dichosa carreterita.

Luego está el miedo de que el PSOE lo use en su campaña electoral, hipótesis denigrada por algunos mucho antes de que nadie de los que pudieran decirlo haya afirmado nada al respecto. Escuchando esas voces se tiene la sensación del fenómeno contrario, como si a quienes habían pensado en usar una posible falta de planificación del nuevo edificio para golpear a la administración autonómica por sus incumplimientos les hubiera saltado por los aires la estrategia.

Y lo del Ayuntamiento de Cáceres. Cuando uno repasa las actas de los plenos ve cómo el grupo popular siempre ha sido reacio a iniciativas de IU y del PSOE en materia sanitaria y sólo la fuerza del qué dirán les ha hecho subirse al carro de unas mejoras que ahora, con total falta de pudor, se intentan apuntar bajo frases rimbombantes. Las notas oficiales acusando torticeramente al PSOE no se ajustan a lo cierto y lo saben todos quienes conocen la historia. Las mentiras y las medias verdades revelan, ¿miedo?