La frialdad de los porcentajes no nos permite ver, en ocasiones, qué realidad se esconde detrás de la subida del 2,9% en el índice de parados de nuestro Estado, un 2,9% que al cambio, cruel elemento para los gobiernos, viene a representar a 57.958 personas, de esas a las que como a usted o como a mí se les cierra el estómago cuando ven llegar el sobre con el anagrama del banco de turno avisándoles que la hipoteca no perdona nunca, clinc, clinc, caja.

El mismo día que se daba a conocer esta cifra, un ciudadano rumano se quemaba en Castellón para tratar, según los medios de comunicación, de llamar la atención sobre su estado de paupérrima pobreza. Asimismo se registraban 6 muertes, 4 en construcción y 2 en industria, reitero 6 muertes producidas en el ámbito laboral que se suman a las que se llevan produciendo a lo largo del año, poniendo a nuestro país una vez más a la cabeza de siniestralidad laboral en Europa.

Estas cifras se pueden analizar basándose en que todo es una situación coyuntural, situación pasajera que tarde o temprano volverá a mejorar. Lo cierto es que los ejes motores de nuestra economía, construcción y servicios, han sido los más perjudicados por esta subida, 22.088 y 28.569 parados más respectivamente. Esto depura más el análisis, el parón en la construcción empieza a ser más que evidente, la constante subida de tipos de interés para unos hogares excesivamente endeudados hace constar que el consumo interno vaya cayendo paulatinamente, y hechos puntuales y familiares como el que en las playas cada vez se vea más personas con su nevera y menos en el chiringuito de turno, nos hace ver que algo está pasando. El excesivo aumento del precio de la vivienda, la falta de apoyos velada por parte del Gobierno al sistema de alquiler, pero fundamentalmente la subida de los tipos de interés a los cuales están grabadas las hipotecas hace que el españolito medio, se lo piense dos veces antes de irse a tomar un par de copas con la frecuencia con la que antes lo hacía.

Cuando hablamos de subida de tipos de interés y sabiendo que el endeudamiento por habitante es de casi del 50%, por media, de su renta, tenemos que hablar también de la práctica congelación de los salarios de año en año, con lo que si se percibe igual y hay que pagar más, la perdida del poder adquisitivo viene a refrendar el parón del consumo interno, que pese a quien pese sigue siendo el eje motriz de nuestra economía.

XAHORA ENx carrera preelectoral los gobernantes comienzan a hablar de subidas de pensiones, los sindicatos de la exigencia de la subida del Salario Mínimo... promesas mil veces hechas y mil y una retocadas en medio y forma, tanto que nos entra sopor, una especie de vergüenza ajena, cada vez que los vemos salir en TV en esa burbuja que da la altanería de saberse por encima y dirigir el futuro de aquellos que depositaron en ellos sus ilusiones.

Joseph Stiglitz afirma que no hay un mercado perfecto, que en el actual sistema de mercado siempre los que más pierden son las clases más desfavorecidas, la clase trabajadora. Una clase que en nuestro país ha venido perdiendo los derechos adquiridos a golpe de flexibilidad laboral, una clase que se pregunta dónde están ahora aquellos sindicatos que en previa a elecciones sindicales se pateaban cada oficina, cada obra, y que ahora permanecen inamovibles pegados a sus despachos.

Nuestro Estado es excesivamente dependiente de sectores como la construcción, pero el problema no es que este sector comience a estar en stand by , el problema es que no se está generando las bases para crear una estructura económica diferente, los gobernantes parecen haber apartado el problema, dejándolo como un mal estudiante para septiembre, con el problema de que cuando se quiera hacer frente ya puede ser demasiado tarde.

Los motivos por los que se incendió un hombre en Castellón son claros, es padre de familia, no tiene trabajo, no tiene dónde vivir, solamente tiene su vida y prefiere perderla a vivir en la muerte agónica que supone la exclusión social. Puede que solo nos quedemos con el dato, con el 2,9%, el problema puede ser que mañana usted o yo seamos una de esas décimas, entonces será cuando realmente veamos la tragedia que supone el ser solamente un número, entonces será cuando vayamos a buscar el racimo de uvas frescas que nos vendieron hace tiempo y comprobemos que se ha convertido en un puñado de pasas agrias que tendremos que tragar para poder seguir viviendo.

*Secretario Movimiento Obrero de las

Juventudes Comunistas de Extremadura