El expresidente serbo-bosnio Radovan Karadzic ya ha demostrado que la justicia no está entre sus aspiraciones, por lo tanto no es extraño que ahora que se le acusa de crímenes contra la humanidad por las matanzas de miles de bosnios bajo su mandato, intente sustraerse a ella. Ayer alegó que no había tenido tiempo de preparar su defensa ante el Tribunal Internacional que lo juzga.Una burla.