Sencillamente extraordinario. Los calificativos se quedan cortos a la hora de juzgar la final de Wimbledon entre Rafa Nadal y Roger Federer . Ganó el español, que hizo historia, pero el suizo demostró también lo gran campeón que es, hasta en las derrotas. Maravilloso espectáculo e intensísimo duelo entre dos números uno del tenis, pero también del deporte mundial.