Además de vicepresidente segundo, ministro de Economía y candidato a presidente del Gobierno, Rodrigo Rato ya es doctor en Economía. Leyó el miércoles su voluminosa tesis sobre el ajuste fiscal y el tribunal calificó por unanimidad: sobresaliente cum laude. La noticia era comentada por Fernando González Urbaneja en Onda Cero: "Un hombre con las responsabilidades de Rato no tiene tiempo ni equilibrio mental para sentarse ante una tesis; la podía haber presentado más adelante y no cuando está de lleno en una carrera política". Tras esas objeciones generales, González Urbaneja bajó a otras más concretas: "Los miembros del tribunal le hicieron algunas observaciones, por ejemplo, ´¿cómo no ha tenido usted en cuenta la escuela austriaca en cuestión de impuestos?´ Su director de tesis --agregó el periodista-- debería haberle dicho: siga usted trabajando e incorpore las tesis de los austriacos en temas impositivos. Le han dado un sobresaliente cum laude, que habría que rebajar, porque le faltó una consideración doctrinal muy importante en teoría económica".

Como la sospecha de pucherazo quedaba muy evidente, Manuel Martín Ferrand defendió al vicepresidente-ministro-candidato-doctor: "Creo que ha realizado un sano ejercicio de humildad, porque un hombre poderoso como Rato, artífice de nuestro milagro económico, se lleve ceniza a la cabeza y se someta a un tribunal..., me parece un ejercicio de humildad". Y González Urbaneja replicó contundente: "Yo diría lo de los jesuitas: la humildad como forma sublime de soberbia". Y mira que saben de eso los jesuitas.