TStuelo dudar mucho antes de formarme una opinión. Cada vez más. Pero no esta vez. Creo que la decisión de dejar en España a unas niñas gambianas para prevenirlas de una ablación está bien tomada. Defender lo que llaman valores cristianos frente al resto es una entelequia difícil de sostener. Pero algo tendremos que reconocer como propio y deseable; y ese algo no puede ser más que la razón.

La ablación es una práctica bárbara y condenable, mucho más al ponerla en práctica sobre seres que no pueden opinar. Me importa tres carajos que forme parte de otra cultura o religión. Si la historia de nuestra civilización no nos sirve para imponer la lógica humanística, apaga y vámonos. El respeto nada tiene que ver con inhibirse frente a la atrocidad.

*Escritora