Apesar de vivir en una gran ciudad, mis orígenes están en el mundo rural. Mi pueblo, como muchos otros, pertenece a la España vaciada. Esa España desfavorecida que está cayendo en el olvido. Se me hace un nudo en la garganta al ver que año tras año somos menos en el pueblo y, sin embargo, las grandes ciudades cada vez están más llenas. Llenas de personas en paro que en el pueblo podrían ser necesarias. Pero para ello hace falta que los que mandan se movilicen y se puedan crear nuevas oportunidades para las empresas que, a su vez, generen empleo y, poco a poco, este cambio se haga realidad. Sí, es cierto, revertir la despoblación no es una tarea fácil, pero es posible con el compromiso de todos y es algo necesario. Hay que empezar por ofrecer los mismos servicios y oportunidades en los pueblos que en las ciudades. A día de hoy, es necesario garantizar un servicio de conexión a internet y cobertura telefónica para permitir que se pueda trabajar a distancia desde cualquier municipio de España. Tenemos que hacer que se escuche la voz de los pueblos y que los que se fueron a las ciudades en busca de oportunidades laborales puedan regresar, si lo desean, y volver a tener la calidad de vida que los pueblos les pueden ofrecer. Si no aportamos nuestro pequeño granito de arena, mi pueblo, como muchos otros, caerá en el olvido. Hagámoslo por nosotros y para que las próximas generaciones puedan estar orgullosas de haber nacido en un nuevo mundo rural.