Los debates que el Círculo de Economia clausuró el sábado en Cataluña han aportado un excelente conjunto de reflexiones y propuestas en torno a la crisis económica. El presidente del PP, Mariano Rajoy, tuvo la oportunidad de escuchar en vivo las críticas de lo más florido del empresariado catalán por su voto en contra del recorte del Gobierno.

Pero el Cículo no se ha quedado en el simple lamento por la debilidad institucional o por la ausencia reiterada de consensos básicos. El presidente de la entidad, Salvador Alemany, expuso en el discurso de clausura una serie de ideas en positivo. Por ejemplo, la necesidad de una reforma fiscal profunda para aliviar la carga sobre los salarios y la introducción de mejoras en el mercado laboral, el sistema financiero y el educativo.

Ante las tensiones del día a día de la política, el Círculo ha puesto el acento, con notable realismo, en una estrategia que permita el mantenimiento del Estado del bienestar y la competitividad de la economía, independientemente de las siglas de los gobernantes. No está mal que esa voz se deje oír en un momento difícil y ante los sacrificios que, sin duda, deberá asumir nuestra sociedad.