Estoy leyendo un libro muy peculiar porque está escrito por una exactriz porno de menos de treinta años que cuenta sin tapujos e inteligentemente lo que se puede hacer con el sexo. Lo peculiar del libro estriba en que a priori es un cúmulo de páginas que podemos rechazar, unos por perjuicio moral y otros por menosprecio literario. El lector puritano por el hecho de estar escrito por una mujer con un currículo demasiado obsceno y al lector exigente porque piense que poco o nada bueno literario se puede esperar de una mujer cuyo nombre se lee en los créditos de muchas películas pornográficas y de pronto lo estampa en la portada de una novela. Pues bien, a los primeros, a los propensos al escándalo moral, no se lo recomiendo, dejaran de leerlo en la quinta o sexta página. Sin embargo a los segundos, a los que rebuscan las vísceras literarias a una novela, cuente lo que cuente su autor, creo que les gustará mucho. La novela se titula La sociedad Juliette, y su autora es Sasha Grey --nada tiene que ver con las sombras de Grey--.

Si les hablo bien de esta novela es porque, desde mi humilde opinión se lo merece. Les transcribo una pequeña reflexión que Catherine , su protagonista, hace sobre los políticos: "...un político podría vender dentífrico a los que no tienen dientes, zapatos y guantes a los amputados, y seguros de vida a los presos condenados a muerte...". Ya ven, que definición más perspicaz de la casta política.

Recuerdo a Zapatero vendiendo optimismo, cerrado en banda negando la crisis que se nos venía encima. Supongo que pretendía no alarmar a una sociedad que estaba con la mosca detrás de la oreja. Sin embargo lo único que consiguió fue dejar ese legado verbal lleno de falso positivismo que ahora todo el país le reprocha. Ahora veo a Rajoy queriendo hacernos comulgar con ruedas de molino afirmando que ya estamos saliendo de la crisis, cuando cada día se cierran más empresas y aumenta el número de pobres en España. Los políticos deben vender positivismo, pero siempre que el añadido del producto contenga una gran dosis de realismo.