WEwl Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero inicia la reforma del IRPF, el impuesto directo que recoge la contribución de las familias a las arcas del Estado en función de sus ingresos y sus necesidades. Los objetivos de este cambio son que las rentas del trabajo paguen menos, reducir del 45 al 43% el tipo máximo de gravamen y adecuar mejor los tramos de cotización al nivel de ingresos salariales.

Lo más sugestivo es que hará falta ganar mucho más dinero que ahora para empezar a tributar, y que se aliviará la presión sobre las rentas de la clase media por la vía de tener en cuenta el desgaste del poder adquisitivo que provoca la inflación. Además, las plusvalías pagarán más, dado que la tarifa pasa al 18% desde el 15% actual.

Esta propuesta de Pedro Solbes no es exactamente la que exige la izquierda plural que apoya al Gobierno. Pero el anteproyecto de ley del nuevo IRPF que se presentó ayer, y que quiere aplicarlo ya el año próximo, mejora lo existente y revisa la falsa equidad que estableció el PP. No olvidemos que los conservadores cambiaron la estructura del IRPF a partir del criterio dominante de que las rentas del capital cotizasen mucho menos que las del trabajo. Los socialistas quieren rectificar ese planteamiento.