Contra esta política de austeridad asfixiante del PP, mi amigo el octogenario escritor don Eliseo García , ducho en contar perras gordas, pesetas y euros, aboga por una política de gasto público basada en las teorías del economista John Keynes . Y me lo explica ejemplificándolo de la siguiente manera: Pongamos que el Estado invierte 100 euros en el asfaltado de una autovía. De esos 100 euros, 30 van destinados a la compra de material, lo que implica la ayuda al mantenimiento de las empresas vendedoras y sus correspondientes puestos de trabajo, a la vez que el Estado recauda el 21% de IVA de los 30 euros gastados en la compra, y las cuantías de las afiliaciones de los trabajadores a la Seguridad Social. Por lo tanto de esos 30 euros, revierten a las arcas del Estado 10 euros directos, más los provenientes del consumo de los trabajadores de la empresa vendedora en otras empresas, las que a su vez crean y mantienen puestos de trabajo, y generan para el Estado más impuestos.

El 70% restante de los 100 euros se destinan al pago de empresas constructoras que intervienen en el asfaltado de la autovía. Pongamos que de esos 70 euros, regresan a las arcas del Estado un 30% correspondiente a impuestos directos e indirectos y afiliaciones. Al final, de los 100 euros invertidos, el Estado ha recuperado aproximadamente la mitad y ha ayudado a fomentar el consumo manteniendo y creando puestos de trabajo, lo que implica transmisión de confianza al Gobierno Europeo para con nuestro cumplimiento del déficit y una concesión de plazo mayor de tiempo por parte del BCE para pagar nuestra deuda.

Le digo a don Eliseo que en teoría su propuesta es alentadora, pero quizá no sea tan fácil llevarla a la práctica. A lo que don Eliseo me contesta: "Imposible si hay empresarios sin escrúpulos que trinquen 30 euros de los 100 euros, y políticos corruptos que desfalquen otros 30 euros; y al final van a parar sólo 40 euros al asfaltado de la autovía, que es lo que ha estado ocurriendo. Imposible si la mitad de esos 100 euros salen de España para ir a parar a paraísos fiscales", concluye don Eliseo indignado.