Cuando no estén nuestros mayores para recordarnos los horrores que ellos vivieron, nuestra obligación será no permitir que los interesados de turno (cada cual mirando por su beneficio) manipulen nuestra historia. Nunca debemos olvidar los valores que nos inculcaron, y es responsabilidad nuestra transmitirlos a nuestros descendientes. Debemos comprometernos a impedir que nos arrebaten los derechos que con su lucha ellos consiguieron. No podemos permitir que nos induzcan a odiar al otro y a verlo como nuestro enemigo. En estos días, a menudo recuerdo la conversación que hace bastantes años mantuve con una señora mayor, una andaluza luchadora y trabajadora. Me decía que no le gustaba ver cómo se comportaba nuestra generación, siempre quejándonos por lo que no teníamos. Me dijo algo que la vida se ha encargado de mostrarme que es cierto: «Acostumbrarse a lo bueno cuando vienes de pasarlo mal es muy fácil, pero, cuando es al contrario... eso es mucho más difícil». Y lo que me martillea en estos momentos es la frase con la que terminó la conversación: «Yo no lo voy a ver, pero creo que mis hijos y mis nietos vivirán penurias por las que jamás se debería volver a pasar». Tenemos unos mayores que no nos merecemos y nuestros descendientes nos ofrecerán lo que les hayamos enseñado.

DEPORTE INFANTIL

Presión intolerable

Mireia Cots

Vilanova i la Geltrú

Volviendo a casa en tren, oí una conversación que me dejó boquiabierta. Una niña maquillada y con un moño muy bien hecho, que volvía de una competición deportiva, hablaba con quien parecía ser su madre. La niña preguntaba: «¿Qué hay hoy para cenar?» Y la mujer le contestó: «Ya veremos si cenas hoy, no te ha salido bien el final». Al oír esto, la niña bajó la cabeza y no se volvieron a dirigir la palabra hasta que bajaron del vagón. Me parece una vergüenza que se presione así a niños que aún se están formando como personas, y aún más que se les amenace con privarles de un elemento tan importante a su edad como la alimentación.

SUPERCOPA DE ESPAÑA

Cegados por el dinero

Elena Escañuela

Coordinadora de cruceros

Al parecer, la Real Federación Española de Fútbol quiere expandirse y empaparse de otras culturas trasladando la Supercopa de España a Arabia Saudí el próximo enero del 2020. Nunca una Supercopa había dado tanto dinero como la del 2020, la cual tendrá lugar en el mismo país donde las mujeres van a la cárcel por reivindicar su derecho a conducir. Pero, claro, no podemos obviar que este año la RFEF se embolsará 30 millones con este torneo. Aparentemente, el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, dice querer ayudar a integrar a las mujeres en el deporte. Pero eso parece una paradoja cuando el fútbol femenino en España ni siquiera opta a la Supercopa. Durante este torneo, las mujeres podrán moverse libremente dentro de los estadios, eliminando así esa regla impuesta en Arabia Saudí que las obliga a permanecer en una zona apartada de los varones y siempre habiendo entrado acompañadas de algún hombre. Como ha sucedido anteriormente, esta regla desaparecerá en cuanto el torneo acabe; por lo tanto, no se está ayudando a potenciar el cumplimiento de los derechos de igualdad de las mujeres. Es una pena que en pleno siglo XXI se sigan anteponiendo el poder y los intereses monetarios a denunciar el incumplimiento del derecho a la igualdad de género.

PERROS

Increíbles criaturas

William Dagostino

Barcelona

Esas extrañas criaturas peludas, sencillas, pequeñas, inocentes compañeros. Quizá sea su inocencia lo que amamos, porque un perro no calcula, no trama, no traiciona. Y en tiempos de relaciones humanas empobrecidas y precarias, de amores que duran meses o unos pocos años, la humilde lealtad de un perro se convierte en algo que no se da por sentado. Algo de lo que incluso se puede estar agradecido. No se puede definir lo que sucede cuando una de esas criaturas peludas se cruza en nuestro camino. Como una sonrisa que no necesita palabras, hace todo por sí misma, una auténtica creadora de pura alegría.