THte recibido un email apocalíptico aunque en estilo asertivo. En él se me invita a protestar enérgicamente de palabra y obra, --por escrito y con movilizaciones--, contra la perversa política educativa de la mucho más perversa Esperanza Aguirre . Yo vivo en Extremadura y el señor Monago , aunque ha adelantado que la situación económica de nuestra comunidad es desastrosa, no ha anunciado de momento ninguna tijera escolar. Se me ocurre que el email responde al pedagógico proyecto de sembrar desde ya inquietud, rabia y rebeldía entre el profesorado español sobre la próxima actuación de un más que posible futuro gobierno del PP. Desde muy niña oí a aquel hombre sabio que fue mi padre insistir en que la mejor inversión posible era la educación de los hijos y que la mejor herencia que nos podía dejar eran nuestras carreras universitarias y los valores adquiridos en el seno de la familia a través del ejemplo y la vigilancia constante, a veces severa, pero siempre cariñosa. Así sacó adelante a seis hijos con un sueldo de militar, una vida de austeridad y enormes sacrificios personales que con el paso de los años se agigantan a mis ojos. Disculpen esta referencia personal pero como él hicieron muchos progenitores de los que ahora formamos la mermada población activa española. Entonces vivíamos tiempos duros, aunque no tan negros como los actuales, en que los gobernantes son a su vez gobernados por los especuladores y a cada nueva vuelta de tuerca estos responden con un ¡Quiero más! que estrangula cruel y lentamente a lo que queda de la clase media. De ella van surgiendo imparablemente desahuciados, desfavorecidos, parados y pobres de solemnidad. Así las cosas, cuando veo que al marido de mi empleada de hogar lo han echado del trabajo a los cincuenta y cuatro años y el futuro que se abre ante los ojos de otra angustiada familia me pregunto con qué cara haría yo huelga si se me pidiera en esta hora menguada. Recortar en Educación porque sí es una salvajada, pero querer mantener el gasto cuando no se puede es brutalidad e insolidaridad aún mayor.