Para Confucio, gobernar significaba rectificar. Agarrándose a esta esperanza, anda el mundo sensato tratando de establecer las diferencias entre el Trump candidato y el Trump presidente y haciendo votos para que el electo haga, si no lo contrario, al menos algo distinto a lo anunciado.

Una vez disipado el efecto del conciliador discurso inaugural y de la educada entrevista con Obama, algunas iniciativas se van conociendo. Por ejemplo que, de momento, únicamente va a expulsar a unos dos o tres millones de inmigrantes ilegales, porque el resto, según sus propias palabras, son gente estupendísima. Por ejemplo, que los Clinton también lo son y hay que dejarlos en paz.

Por lo visto, ahora, el millonario que rápida y ostentosamente se fotografió con Farage, rodeados ambos de oro por todas partes menos por la que unía el uno al otro, desea un país que se ame y le parece muy injusto que una mitad de los norteamericanos le desprecie, repudie, tema y abuchee. El hombre rico ha rectificado y, aunque es obvio que sus intenciones atentan contra la separación de poderes, pretende sustituir la crispación, el miedo y la desesperanza que ha generado él con ayuda de Bannon en amor universal, hacia su persona, claro. Muy narcisista todo y muy espantoso, pero no hay que caer en el desaliento. Nadie sabe qué va a pasar con la OTAN ni con los tratados de comercio ni con los compromisos adquiridos ante el cambio climático, ni con ese muro de la vergüenza, que, según múltiples informaciones está casi construido en su totalidad. Y no por Trump. Pero no hay que caer en la desesperanza. El Isis no rectifica nada y Maduro poco. Putin no parece conocer qué significa eso. Pero hay que seguir adelante.

Mientras, en España el PSOE, no votará los presupuestos. Rajoy amaga con nuevas elecciones si no puede gobernar y no está rectificando, porque ya lo anunció. Sí rectifica Sánchez lo rectificado y tras hacerlo sobre Podemos, se arrepiente de su vómito ante Évole. Rectifica Hernando su no es no. Y así sigue el país tras el parón de un año. A la espera de nuevas rectificaciones.

* Profesora